Tʜʀᴇᴇ

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La residencia Kang estaba hecha un alboroto.

Los señores de la casa correteaban junto a su hija mayor tras los tres más pequeños.

JaeHo era el trillizo mayor, y el más travieso. Con tres minutos de diferencia, le seguía JiKyung, el más hablador. Y finalmente estaba JungHee, que si bien era el menor por cinco y dos minutos respectivamente, era el más inteligente.

Eran el equipo perfecto. La travesura que se le ocurriese a JaeHo, era respaldada por las estrategias de JungHee y cuando eran atrapados, era JiKyung quien se encargaba de hablar por los tres y, si bien muchas veces no se salvaban del castigo, sí que habían logrado reducirlo.

Para la ocasión, los tres habían planeado no dejarse bañar y, aprovechando un descuido por parte de su madre en el baño, salieron mojados y desnudos hacia el patio, donde empezó la carrera.

YooNa, que llegaba de la escuela a esa hora junto a su padre, a quien le habían dado la tarde libre; apenas vió el desastre, no tardó en unirse a su madre para "dar caza" a los trillizos, así que de igual manera el señor Kang terminó metido en la persecución.

Al ser más pequeños, eran escurridizos y se colaban por todos lados, sacando ventaja.

Sin embargo, todo tuvo, afortunadamente para YooNa y sus padres, un pare.

Los trillizos correteaban alrededor de los muebles de la sala-comedor, riéndose a carcajadas porque los mayores no los podían atrapar y eran demasiado lentos producto al cansancio. YooNa bajaba las escaleras con pasos pesados y de igual manera los señores Kang se asomaban por el umbral que separaba la sala-comedor de la cocina.

Se miraron entre sí, y estuvieron de acuerdo mediante silenciosas miradas en hacer un último esfuerzo.

Pero los trillizos no se la dejaron fácil, y los mantuvieron corriendo en círculos tras ellos cuando, de repente, la puerta de entrada se abrió.

Si bien la persona tras dicha puerta había sido cuidadosa, logró acaparar la atención de los seis integrantes de la casa.

Como si fueran robots, los tres menores se detuvieron inmediatamente frente al desconocido y lo miraron con sus ceños fruncidos.

Por su parte, a los señores Kang y YooNa no les había dado tiempo a frenar correctamente y terminaron cayendo a los pies de JaeHo, JiKyung y JungHee...También a los del intruso.

-¿Y tú quién eres?-se cruzó de brazos JiKyung.

Pero no fue el "desconocido" quien respondió.

-¡YoonGi!¡Viniste!-a pesar de la caída, YooNa se levantó del suelo eufórica y corrió a abrazar a su amigo, quien le correspondió dando suaves toquecitos a su espalda-. Perdona el recibimiento, pero es que los trillizos andaban de traviesos y...

-¿Quién es él?-ahora quien se cruzaba de brazos, reiterando la pregunta, era JaeHo.

-Nadie puede entrar a esta casa sin que nosotros lo digamos-JungHee imitaba las acciones de sus dos hermanos.

Estaban los tres, uno al lado del otro, como si estuvieran creando una fortaleza para que YoonGi no pasara, pero lo que más gracia le causaba era verlos desnudos y aquella seriedad que aparentaban con tan sólo cinco años.

Los señores Kang se ayudaron a levantarse mutuamente y fue entonces cuando YoonGi se quitó el cubrebocas.

Por supuesto que sólo los dos mayores reconocieron al muchacho porque los tres menores seguían sin tener ni idea.

-Mi nombre es Min YoonGi y soy amigo de su hermana-por mucho que intentó mantenerse serio, su comisura se alzó muy ligeramente.

-¿Edad?-cuestionó JungHee.

YooNa y sus padres quisieron intervenir, pero YoonGi se les adelantó, regalándole una mirada a su amiga que le decía que se estaba divirtiendo con la situación aunque no lo demostrara.

Pero YooNa sabía porque para ella, leer a las personas le resultaba fácil y útil.

-Veinte.

-¿Qué estudias? Porque a esa edad ya debes estar en la universidad ¿no?-preguntó JiKyung y YoonGi asintió.

-Estudio finanzas, pero me gusta más la arquitectura.

-¿Tienes novia? Porque noona no puede tener novio hasta que nosotros digamos-masculló JaeHo.

-Pero si nos das dulces, puede que consideremos la idea-aclaró JiKyung.

Fue allí donde, bajo la asombrada mirada de los señores Kang y YooNa, Min YoonGi dejó escapar una media sonrisa.

-Tengo novia, chiquillos. De YooNa sólo me interesa su amistad...y las deliciosas natillas que hace su madre.

La señora se sonrojó pues no estaba acostumbrada a que alguien fuera de su familia halagase su comida. Sin embargo, aquello le sirvió para reaccionar a tiempo y, hacíendole una seña a su esposo, aprovecharon que los trillizos estaban entretenidos y los agarraron fuertemente, previendo que no se escaparan.

En brazos de su padre, JiKyung y JaeHo gritaban y en los de su madre JungHee se cruzaba de brazos y hacía puchero.

-¡Libertdad!¡Libertad!¡Libertad!-se escuchaban los gritos de los dos niños mayores.

-Si me das mucha natilla, prometo dejarme bañar por una semana y convencer a mis hermanos-y aquel negocio entre JungHee y su madre fue lo último que oyeron YoonGi y YooNa antes de que sus contrarios desaparecieran al final del pasillo.

Con total confianza, el chico se adentró a la sala y se dejó caer sobre el sofá en lo que su amiga cerraba la puerta y para cuando ella se hubo sentado a su lado, no tardó en sonreírle.

-Confieso que no esperé que vinieras.

YoonGi rodó los ojos.

-Tú siempre piensas lo mismo, boba.

-No puedes juzgarme, Min YoonGi. No es mi culpa que tengas un carácter de mierda y, como plus, siempre me dejes con las palabras en la boca-puchereó, cruzándose de brazos-. Te propuse venir a que conocieras mi familia y te dí la dirección porque lo ví como una manera de que nuestra amistad se consolidara y además, quiero que se te grabe en esa cabezota que tienes que esta es tu casa ¡Incluso podría darte la llave!-bufó, dejándose caer hacia atrás con los brazos estirados-. Pero no me dijiste nada y sólo te fuiste diciendo adiós. Entendí que no querías mostrarte o algo por el estilo, así que por mi mente jamás pasó que te aparecerías por acá.

La estancia quedó en silencio durante unos segundos hasta que YoonGi habló:

-Te considero una amiga, YooNa, la única amiga verdadera que he tenido en veinte años, sin contar a mi hermana-dichas palabras hicieron a la chica volver de un tirón a su antigua posición, así que algunos mechones de cabello estaban fuera de lugar-. Sé que han pasado apenas dos meses desde que nos conocemos, pero realmente me has demostrado que sólo quieres ayudarme-y como si fuera un gatito, hizo caer su cabeza en los muslos ajenos y tomó una de las manos de la chica para colocarla sobre su cabello, rogando por caricias que pronto YooNa comenzó a darle-. Más por tí que por mí, sentía que debía venir...y aunque fue algo caótica la escena con la que me encontré, confieso que me resultó muy divertido todo...a pesar de que no lo haya demostado, ya sabes. Mostrar mis sentimientos no es mi fuerte.

Mientras él cerraba los ojos y disfrutaba de las caricias de YooNa, ella sonreía ampliamente para sí misma.

Tanto YoonGi, como ella, habían encontrado una verdadera amistad.

《Cᴀɴ Yᴏᴜ Sᴍɪʟᴇ?》᯾ Mɪɴ Yᴏᴏɴ Gɪ ᯾✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora