Pʀᴏʟᴏɢᴜᴇ

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Min YoonGi era el hijo menor del actual presidente de Corea del Sur y no llamaba la atención sólo por ello, sino también porque, en todas y cada una de las fotografías que habían sido reveladas de su persona, destacaba una sola cosa: la ausencia de sonrisa. Todos se preguntaban cuáles eran los motivos del chico para ello y se habían creado múltiples teorías a las cuales su familia no había dado respuesta.

Unos decían que simplemente era serio, otros que padecía de alexitimia, algunos que envidiaba la posición de su padre y otros pocos que afirmaban que él no era feliz.

Eran estos pocos quienes más cercanos a la realidad estaban.

Min YoonGi no era feliz, no sólo por el trato que recibía de sus padres, sino también porque sus sentimientos no eran "adecuados" ante la sociedad.

El chico que todos pensaban jamás sonreía sólo lo hacía en presecia de su amada Min HyeSun, su hermana mayor por dos años.

Fue un martirio para él intentar reprimir sus sentimientos, hasta que no soportó más y se armó de valor para confesarse. La muchacha tenía tanto miedo como él, pero terminó, sorprendentemente, correspondiendo a sus sentimientos.

Min YoonGi no era feliz hasta que Min HyeSun le regalaba un abrazo, un beso o una simple sonrisa.

Mantuvieron su relación oculta durante cuatro años, a sabiendas de que sus padres vivían reprochándolos porque debían mantener una perfecta imagen ante el público, pero aquello se fue al garete cuando los encontraron besándose a escondidas en el cuarto de baño de HyeSun.

Para no afectar la imagen del señor Min, recientemente elegido como presidente de la República, HyeSun fue enviada fuera del país, cortando así toda comunicación entre ella y YoonGi.

Por su puesto que el chico se llevó un buen montón de palabras hirientes. Su propios padres lo llamaron enfermo, depravado, y pervertido, pero a él no le importaba nada de eso.

Habían conseguido arrebatarle lo único que le daba felicidad, y ello no provocó más que la conversión de su vida.

Bueno...para él no sería coherente llamar vida a aquello por lo que estaba atravesando.

Despertaba, comía y asistía a la escuela por pura obligación. A sus veinte años no hallaba motivos para luchar por una felicidad que también había sido obligado a dejarlos ir. Parecía un alma en pena, pasando la mayor parte del tiempo desparramado sobre su cama, permaneciendo despierto hasta altas horas de la madrugada estudiando y escribiendo en un diario como si a través de él pudiese hacer llegar a su amada sus palabras.

Pero todo aquello tuvo fin cuando se percató de que no conseguiría nada sumíendose en la depresión y, sabiendo que no podía hacer mucho dado que sus padres no pensaban dejarlo libre y el único dinero que recibía era el de su mesada, decidió fugarse de su casa, al menos por un par de horas.

Necesitaba caminar. Necesitaba despejarse. Necesitaba respirar el aire fresco que sus padres no lo dejaban obtener manteníendolo preso en su propia casa.

Querida Hye:

Hoy me he armado de valor. Sé que no querrías verme triste y han venido a mi mente las palabras de aliento que siempre me repetías cuando llegaba llorando a tus brazos porque nuestros padres aumentaban cada vez más su rigor en mi persona.

Hoy saldré a dar un par de vueltas para distraerme un poco, y quizás así pueda tomar mayor fuerza para prepararlo todo e ir a por tí.

Terminaré mi carrera de finanzas como nuestros padres desean (ya sabes que desde siempre han querido que me convierta en un gran económico para tener mayor alcance en el mundo político) y aprovecharé para que, "por mi buen comportamiento", vayan aumentando mi mesada poco a poco. Así podré tener el dinero suficiente como para ir a buscarte, donde quiera que estés...aunque, ahora que me doy cuenta, también tendré que buscar la manera de saber dónde te tienen retenida porque ya sabes que no me lo han dicho.

En fin, son muchos planes, pero sólo por hoy quiero descansar...aunque para ello tenga que saltarme las reglas de los señores Min y fugarme de casa.

Sé que caminar sin rumbo fijo, viendo a las personas pasar e imaginar cómo son sus vidas puede ser un buen entretenimiento y hasta terapia.

En fin, eso es todo por hoy, mi Sunie.

Te amo mucho.

Nunca lo olvides, por favor.

《Cᴀɴ Yᴏᴜ Sᴍɪʟᴇ?》᯾ Mɪɴ Yᴏᴏɴ Gɪ ᯾✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora