Sus padres hablaban de negocios y política y más negocios y más política, y él sólo respiraba profundo y seguía comiendo...o al menos eso intentaba porque en su plato, la poca comida que había, formaba parte de aquella dieta que sólo en su casa seguía dado que aquello le resultaba asqueroso y prefería comer la comida de los Kang. Ahí sí que la dieta le importaba un pepino.
-Me han dicho que tu rendimiento académico ha disminuido considerablemente-aún si su vista estaba fija en su plato, YoonGi sabía que su padre hablaba con él.
-Al parecer esas nuevas amistades que estás haciendo no son buena influencia para tus estudios-comentó su madre.
-Ciertamente mi rendimiento académico no ha sido el mejor en estos últimos días-con elegancia y una casi imperceptible sonrisa ladina y burlona, alzó su cabeza y, paseando sus ojos por sobre los de sus progenitores, extendió su mano para beber de su vaso de agua-, y aunque me gustaría echarme todo el peso de la culpa sobre mis hombros, me temo que no es así-casi que rió al ver los rostros de sus padres, que poco a poco iban desfigurando su expresión-. Jamás he sido bueno en el área de las matemáticas, al menos no en el aspecto de las finanzas, por ello, opino que fue muy insensato de su parte obligarme a tomar una carrera así sabiendo que, a pesar de mi esfuerzo, mi rendimiento no sería el que esperaban-se encogió de hombros y bebió su agua.
Bueno, al menos eso hizo hasta que el vaso fue lanzado lejos, logrando dar contra una de las paredes. Evidentemente, el impacto había provocado que el objeto se rompiera en miles de pedacitos.
YoonGi enarcó una ceja y procuró que la burla de sus ojos llegaran a los de su padre.
-¿Desde cuándo descuidas tanto tu falsa imagen de buen padre, o impecable presidente? Me parece que lanzar un vaso y quebrarlo no sería una acción muy bien vista si por alguna casualidad alguno de los sirvientes resulta ser un expertador y se le ocurre la genial idea de publicar un vídeo en la Internet.
-¡Cállate, maldita sea!-exclamó el hombre, hecho completamente una furia. Su rabia fue tal, que dió un fuerte golpe a la mesa que provocó que más de un plato se sacudiera y uno que otro cubierto o vaso cayera.
Pero YoonGi no quitaba esa burlona mueca de su cara.
-¡Uy! No deberías hacer estas cosas, papito. Son muy mal vistas-negó con la cabeza-¿Qué pensarían tus adorados seguidores de todo esto? Se darían cuenta de que eres una farsa, y no quieres eso ¿verdad?
-¡Ya basta!-exclamó la única mujer sentada a la mesa. Se ubicó frente a su esposo y le propició una bofetada a su hijo-¡Ingrato!¡Queremos asegurar tu futuro y así es cómo nos pagas!¡Por eso te tuvimos que alejar de la puta de tu hermana!¡Porque son un par de enfermos los dos!¡No tienes ningún derecho a reclamarnos nada porque somos tus padres!
YoonGi, como siempre, se mostró imperturbable y se levantó de su asiento.
-Muy lindo tu discurso, madre, pero me parece que nos hemos desviado un poco del tema principal y admito que ha sido mi culpa-se encogió de hombros-. Digan lo que digan, seguiré haciendo lo mismo que siempre he hecho: matarme estudiando una carrera que no me gusta y no entiendo, y que cuando lleguen las notas, que sean las que sean. Si quieren mejores notas, paguen los exámenes y compren a los profesores porque yo no les puedo dar más que eso. Lo toman o lo dejan.
Fueron sus últimas palabras antes de salir del comedor y dirigirse directo a su habitación, donde tomó su celular, la llave de la casa de los Kang y su billetera y, como en los viejos tiempos, abrió su ventana y salió por ahí mismo. La zona seguía sin ser custodiada por guardias, así que escaparse fue fácil.
A medida que avanzaba en su camino a la casa que le había enseñado el concepto de hogar y que hasta le había regalado gran parte del sentimiento que transmitía uno, miraba a su alrededor y luchaba por controlar las lágrimas pero siempre hubo una que otra que se logró escapar y rodó por su mejilla.
Le tomó menos de veinte minutos llegar a su destino luego de haber tomado un taxi (pues el camino a pie sería bastante largo) y una vez abrió la puerta, sonrió ladino al ver a los Kang reunidos, JiAh y GaeJun fregando y los cuatro hermanos recogiendo la mesa.
Al cerrar la puerta, se hizo notar y todos los ojos fueron a parar en él.
-¡Hyung!-por supuesto, los escandalosos trillizos corrieron hacia él y se engancharon de su cintura y piernas.
YooNa también se acercó, mas frunció su ceño al notar los ojos acuosos de YoonGi, por lo que apartó rápidamente a sus hermanos y tomó la mano de su amigo para llevarlo a su habitación.
Allí ella se sentó sobre su cama con la espalda pegada a la pared, y YoonGi, entendiendo sus intenciones, se acostó completamente sobre el colchón y dejó caer la cabeza en sus muslos y sólo entonces se permitió llorar libremente, casi ahogándose.
La chica, mordiendo sus labios para evitar llorar junto con él, se dedicó a acariciar sus cabellos y escucharlo.
-La necesito conmigo, YooNa-hipó-. Necesito a Hye conmigo. Necesito encontrarla. Necesito irme lejos con ella. Necesito tanto escapar de la vida que llevo...
YooNa no sabía qué hacer. No sabía cómo podía ayudar a YoonGi.
Bueno...sí que se le ocurrió una buena idea.
-Tranquilo, Yoon. Llora todo lo que quieras ¿sí? Aquí estoy para escucharte.
Y así fue como estuvo durante casi dos horas escuchando el llanto y los llamados a su hermana del muchacho hasta que el mismo cayó en las redes del sueño.
-Lamento haber llegado...así-murmuró somnoliento, acomodándose mejor en los muslos de YooNa-. Ni siquiera...pregunté por cómo...iba tu...relación con el...niño bonito.
Ella sonrió de lado y suspiró antes de contestar.
-Todo va bien. Aún si ha pasado poco más de un mes desde que formalizamos nuestro noviazgo, no hemos podido decirle nada a sus padres. Ya sabes, por todo el lío este de las diferencias de clases y eso. Lo bueno es que a ninguno de los dos nos importa porque, mientras estemos juntos, todo irá bien. De hecho, JungKook debe venir mañana a estudiar ya que quedamos en hacerlo juntos para prepararnos para las pruebas de admisión.
Sin embargo, no recibió ninguna respuesta, cosa que la llevó a soltar una risilla.
YoonGi finalmente estaba dormido. Al menos en sus sueños tendría la vida que se merecía, como bien afirmaba su amiga.
Mas ya era hora de tomar cartas en el asunto.
Tomando su celular en la mesita de noche, YooNa marcó el número de su novio, quien suponía a esas horas estaría "estudiando" en su habitación por órdenes de sus padres y el susodicho no tardó en contestarle.
-Hola, cariño-su voz salió en un murmuro-. Perdona que te hable así. Sabes que se supone que esta sea mi hora de estudio y no quiero que mis padres descubran que estoy leyendo un buen libro y hablando contigo en vez de hacer lo que ellos quieren que haga. Ya sabes-soltó una risilla que logró contagiar mínimamente a YooNa.
-Olvídate de eso, JungKookie-suspiró-. Hay que ayudar a YoonGi, tomando cartas más serias y definitivas en el asunto.
Aún si no lo veía, sabía que su chico estaba asintiendo.
-De acuerdo, dime qué tienes en mente.
-Vamos a ayudarlo a escapar de esta vida y se reencuentre con HyeSun.
-Vale. Ahora mismo comenzaré a mover hilos y te voy avisando de los avances...No te preocupes, linda. Lograremos ayudar a YoonGi hyung.
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《Cᴀɴ Yᴏᴜ Sᴍɪʟᴇ?》᯾ Mɪɴ Yᴏᴏɴ Gɪ ᯾✓
Fanfiction-¡Yah! ¡No seas grosero! Al menos, regálame una sonrisa. -No quiero. -¡Ugh! A tí lo de ser hijo del presidente se te ha subido a la cabeza. -Ajá. Como quieras. -¡Yah!¡Deja de ser tan insípido, Min YoonGi! ●Historia dedicada a mi hermosísima MinMin @...