A Lan Wangji no le importaba en lo más mínimo a dónde se dirigíanVamos, mientras su espada pudiera probar la sangre de Jiang Wanyin estaría igual de feliz en los bosques de Yunmeng que encima del escritorio favorito de su tío.
A todo esto, el líder de secta Jiang parecía emocionado.
La parte borracha de Lan Wangji se preguntó si Jiang Wanyin lo odiaba tanto como él, si de alguna forma que su ebrio cerebro no podía procesar se había enterado de su identidad y solo había fingido no reconocerlo para poder atacarlo cuando menos se lo esperaba.
Sí, ese tipo de cosas deshonrosas sonaban a Jiang Wanyin.
Si no sintió remordimiento alguno por matar a su propio hermano ¿Por qué habría de sentir algo por la muerte de alguien como Lan Wangji?
El velo que cubría su rostro le daba una sensación de distancia de todo lo que había a su alrededor, las linternas brillaban, los pájaros nocturnos cantaban, los vendedores gritaban y Lan Wangji sentía todo a través de una mullida manta que cubría sus sentidos.
Todo parecía tan lejano.
Tal vez era el alcohol o quizás su propio deseo de no estar allí en lo absoluto.
Lan Wangji deseaba estar de nuevo en el Jingshi, allí se arrodillaría en una estera, miraría a través de la ventana a las estrellas y pensaría en Wei Ying.
Tocaría hasta que se le acalambraran las muñecas, sus ojos encontrarían el vacio y de alguna manera despertaría en su cama puntual a las 5 de la mañana.
Luego volvería a empezar de nuevo.
En Yunmeng no había la tranquilidad que necesitaba para meditar, descansar, para llorar.
Lo más cercano que encontraba al consuelo era el conocimiento de que podría rebanarle el cuello a Jiang Wanyin en cuestión de minutos.
Bueno, no podía arriesgarse realmente a eso, su situación en el mundo de la cultivación sería demasiado incierta si mataba al líder de una de las cuatro grandes sectas, dudaba que incluso Lan Xichen y su shufu pudieran salvarlo de la condena y el ostracismo.
De todos modos, Lan Wangji había luchado junto al hombre de túnicas moradas la cantidad de veces suficientes como para reconocer que no sería un oponente fácil.
Las cosas podrían estar un poco más igualadas entre ellos si decidiera usar su guqin, pero Bichen en su vaina blanca y ribeteada de adornos de plata era lo suficientemente llamativa sin tener que agregarle a la mezcla un instrumento musical.
Lan Wangji suspiró y retorció un poco sus manos
El calor no era tan sofocante como cuando había estado dentro de la taberna, pero aún era mucho más cálido que a lo que estaba acostumbrado.
Lan Wangji estaba dispuesto a ignorar eso y seguir a la tambaleante figura de Jiang Wanyin a través de las callejuelas para poder terminar de una vez e irse a descansar a alguna posada cuando todos sus sentidos volvieron volver a por él al mil.
Los mosquitos, eran los molestos mosquitos otra vez, se habían colado a través de las pequeñas franjas que dejaba descubiertas para aliviar en algo el calor y habían comenzado su molesta labor de extraer su sangre.
Lan Wangji sentía sus diminutas patas arrastrarse por su sudorosa piel solo para estremecerse después por el picor sobrevenía a una nueva roncha.
Necesitaba ese ungüento y lo necesitaba ya
No estaba muy seguro de si Jiang Wanyin le importaba, pero sus prioridades se habían reorganizado en cuestión de segundos.
Y ese ungüento ocupaba el primer lugar.
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El odio en tu mirada - ZHANCHENG
FanficJiang Cheng está cansado. Muy cansado. Han pasado tres años desde la caída de Wei Wuxian y las cosas no van tan bien. Reconstruir una secta, ser tío soltero y lidiar con sus propios demonios ha resultado ser muy difícil. En resumen, todo es un des...