El odio en tu mirada - ZHANCHENG

Palabras que vuelan

Lan Wangji volvió siguiendo a Jiang Wanyin a las calles de Yunmeng.

El ambiente era notoriamente más calmado que antes, las personas se retiraban de a pocos a sus hogares y los establecimientos terminaban de cerrar.

Las calles se vaciaban y el hombre frente a él caminaba hacia la taberna en la que se habían encontrado hacía solo unas pocas horas.

Y cuanto habían cambiado las cosas.

Las luces iluminaban la silueta erguida del líder de secta Jiang, su cabello, así como toda su ropa, estaba mojado, las suelas de sus botas tenían una capa de barro y el distintivo que llevaba sobre la cabeza que indicaba su posición estaba algo torcido.

El propio Lan Wangji era consciente de la humedad de sus túnicas, así como de los rastros de tierra que surcaban sus mangas y su espalda producto de su "aventura".

Se preguntó vagamente si el otro hombre era consciente de su propio estado, no lo creía, y si lo fuera, era tremendamente bueno en ignorarlo porque en general no daba ningún indicio de incomodidad.

Si uno fuera particularmente atento, podría notar la ligera inclinación de los hombros que indicaban cansancio y el sutil descarrilamiento que a veces sufrían el par de pies incómodos de Jiang Wanyin mientras caminaba, pero Lan Wangji no estaba particularmente interesado en observar al hombre frente a él, por lo que todo eso pasó completamente desapercibido para él.

No tenía otro deseo que no fuera el encontrar una bañera y restregar toda la suciedad lejos de él.

Por supuesto, eso no parecía una opción viable para él en el futuro cercano, por lo que no pudo evitar sentirse un poco apático ante la idea de caminar en ese estado por todo Yunmeng hasta que Jiang Wanyin lo decidiera.

Si ese hombre no lo hubiera salvado de una muerte segura, Lan Wangji habría desenvainado a Bichen y se habría ido volando.

¿A dónde?

No estaba seguro

Pero muy, muy lejos de esa ciudad a la que solo le unía el recuerdo de un hombre muerto que solo él parecía llorar.

Pero las cosas no eran como él deseaba que fueran, así que se vio obligado a ser cortes con el líder de secta que muy amablemente se tomó el trabajo de sacar su cuerpo inconsciente de la trampa mortal que eran las aguas de Yunmeng.

Un ghoul de agua, el gran Hanguang-jun había sido derrotado por el alcohol y un ghoul de agua. Se preguntó vagamente qué pensaría su tío de eso, probablemente haría hincapié, como lo había hecho innumerables veces de que el alcohol nublaba los sentidos y arruinaba el juicio.

Bueno, su tío no estaba allí y si la mirada perdida de Jiang Wanyin era algo de lo que fiarse, jamás nadie tendría conocimiento de ese vergonzoso evento.

Probablemente ni siquiera él mismo recordaría qué había sucedido mientras estaba desconectado de la estricta razón que solía estar presente en su vida.

Lan Wangji despertaría en un lugar en el que no recordaba acostarse y en condiciones en las que no recordaba estar, con la garganta y los ojos irritados y la sensación de que se estaba perdiendo algo importante.

En fin, ese era un problema para el Lan Wangji de la mañana del día siguiente, no para el hombre húmedo bajo un velo que deambulaba junto a Sandu Shengshou por las calles.

Dioses, realmente, realmente quería irse.

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