P U R P U R A

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Durante todo el tedioso proceso con Yoon Kwan, JooHeon había continuado con las clases de la universidad lo mejor que pudo, se había esforzado y sus notas no eran tan malas, así que no se había atrasado en absoluto. 

Ocasionalmente se encontraba con Changkyun en la cafetería, pero antes de que el mayor pudiese decir algo más aparte del típico saludo, JooHeon huía a la cocina o a alguna de las mesas. 

No es que no quisiera hablar con él nunca más, no había una razón para que así fuera, simplemente, no se sentía preparado para entablar una conversación con alguien que no fuera de la cafetería. HyungWon lo había convencido de hablar con la psicóloga de la universidad, y aunque no le agradaba mucho el hecho, igual lo estaba intentando, le iba bastante bien, pero JooHeon no era tonto, sabía que estaba mejorando bastante rápido porque tenía a tres personas que lo apoyaban y acompañaban todos los días, además de sus hermosas gatitas, Yoshi y Gucci. 

Pero, siempre que el mayor le hablaba o lo miraba por más de dos segundos, sus nervios se disparaban y salía corriendo. 

Tenía que controlarse un poco, parecía un niño huyendo de la vecina a la que le rompió una ventana por accidente. 


🐝⊰⊹


- ¿Estás huyendo de mi? - JooHeon no se asustó, no se movió y tampoco pudo responder, en su lugar, su respiración se quedó a medio camino, igual que la botella de agua - Ya veo, ahora eres una estatua - el mayor carcajeó por la falta de movimiento en el menor - Al menor deberías respirar 

- Hola - JooHeon bajó la mano lentamente y cerró la botella, avergonzado hasta la punta de sus castaños cabellos. 

- ¿Hacías deporte? - preguntó viendo las gotas de sudor resbalar por el cuello pálido 

- Sí, para la clase - El mayor lo miró con una sonrisa asintiendo 

- ¿Acabaste? 

- Sip, voy yendo a casa 

- ¿Ya desayunaste? - el azabache no parecía querer irse

- No - miró apenas por un milisegundo los ojos ajenos - ¿Y usted? - se atrevió a preguntar mientras tomaba la mochila, agradeciendo al cielo por ya tener sus mejillas rojas y que así no fuese tan notorio el violento sonrojo que subió a éstas. 

- No aún, ¿Quieres acompañarme? - propuso 

- Estoy apestoso - negó avergonzado, de la garganta del mayor brotó un pequeño quejido - Pero si no tiene prisa puede esperarme 15 minutos - JooHeon habló rápido al notar el apenas visible puchero en los delgados labios ajenos. 

- ¿15 minutos?, creo que podría funcionar - asintió hacia el castaño, pero antes de poder conectar su mirada con la de JooHeon, éste estaba corriendo hacia uno de los edificios - ¡Oye! - apenas levantó la voz 

- ¡Puede esperarme aquí! - escuchó la voz agitada del menor cuando se detuvo en la entrada de uno y dio un pequeño salto - ¡No me tardo! - gritó una vez más y con las mejillas encendidas en rosa, se perdió en el interior del edificio. 

- ¡Qué tierno es! - susurró con voz chillona y contagiado por la energía del castaño, caminó hasta el lugar señalado. 

- Ya estoy listo - un JooHeon con cabellos apenas húmedos se coló en su campo de visión, exactamente, 16 minutos después. 

 - ¿Aún no abren donde trabajas?  

- Hoy abrirán un poco más tarde - el pelinegro asintió en respuesta y empezó a caminar. 

OSCURO [Jookyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora