"Por cierto, te agendé una cita con mi oftalmólogo, te pasaré la dirección y la fecha más tarde"
Enviado 08:15 a.m."¿Su oftalmólogo? Sr. Lee, no tengo dinero en este momento"
Enviado 09:08 a.m."No te preocupes por eso, yo me encargo, aquí te dejo los datos, por favor no faltes"
Enviado 22:46 p.m.🐝⊰⊹
Tres semanas después
- Entonces... ¿Ya ves bien? - un curioso ChangKyun miraba atentamente al castaño frente a él.
- Sí... - afirmó viento también el rostro del mayor - Hasta puedo leer la nota en tu refrigerador - señaló de forma tímida con su índice.
- ¿Qué dice? - preguntó sin girarse a ver lo señalado.
- "Relléname" - leyó con un cierta gracia.
- ¿De qué quieres que te rellene? - cuestionó con ánimo sin apartar la mirada de su acompañante.
- No lo sé - se hizo el tonto - ¿Qué sugieres?
- Uhm - se acercó más a los labios acorazonados del castaño - ¿Qué tal... - dejó un piquito corto en los belfos - Frutas y verduras? - finalizó.
- No - puso cara de desagrado.
- ¿Enlatados?
- No - negó de nuevo.
- ¿Carnes?
- Tampoco.
- Y ... - otro piquito - ¿Qué tal muchos dumplings y algunos besitos? - JooHeon sonrió en grande, tentado en demasía por la propuesta. - ¿Qué dice, Sr. Refrigerador?
- Suena bien - aceptó avergonzado y emocionado en partes iguales.
- A la tienda, entonces.
~
- ¿Qué más vas a comprar? - quiso saber el castaño mientras seguía empujando el carro completamente lleno.
- No sé... ¿Qué crees que falte? - analizó la pila de productos y se quedó pensando.
- ¿Dinero? - respondió con un tinte de seriedad, haciendo reír al mayor.
- Ya sé qué me falta - se acercó rápido al menor y tras robarle otro piquito se fue tras unos estantes, dejando a JooHeon con los ojos abiertos y los labios picando en forma de 'o', miró nerviosamente a su alrededor y se tranquilizó al notar que nadie los había visto.
Caminó hasta la caja más cercana y esperó su turno mientras paseaba su mirada por el lugar, en busca de ChangKyun, agradeciendo enormemente poder ver bien a más de dos metros de él.
El azabache, llegó por atrás, y lo sorprendió al poner su mano en la cadera del más pálido.
- ¿Qué es eso? - fijó sus castaños ojos en las botellas que traía el pelinegro.