- ¿Quieres cenar? - preguntó HoSeok, tratando de mirar hacia los asientos traseros.
- No lo sé - la voz del pelinegro salió ronca y arrastrada por el previo sueño - ¿Tú quieres? - se dejó caer de nuevo en el respaldo del asiento y se deslizó un poco, mirando con sus ojos perezosos al rubio en el asiento del piloto.
- Sí - contestó con un poquito de duda.
- Uhm - HyungWon se quedó en silencio, viendo a un par de personas a varios metros ser azotadas por una ráfaga de viento. - ¿Tienes pañuelos? - preguntó sin dejar de ver a los desconocidos.
- Aquí - el mayor sacó una cajita y se la extendió.
Siempre que el clima estaba tan frío su nariz solía congestionarse así que tomó varios pañuelos, para prevenir un posible ataque de mocos, los puso en sus bolsillos y se desperezó un poco, miró nuevamente al rubio y le sonrió.
- Vamos, entonces - abrió la puerta, y en cuanto puso sus pies fuera del auto, quiso hacerse bolita por el cambio de temperatura.
- ¿Estás bien? - se preocupó un poco al ver al delgado encorvado.
- Sí, sí, apúrate. - habló rápido y se fue corriendo al ascensor sin esperar al más bajo.
Escuchó el pitido del auto y segundos después HoSeok estuvo a su lado, ingresando al elevador.
- ¿Qué quieres comer? - salieron y caminaron hacia el restaurante del lugar.
- Nada en especial, pide lo que quieras - caminaba a un lado del rubio, distraído por las miradas que estaban recibiendo - ¿Se me están escurriendo los mocos o algo?
Al escuchar la pregunta del más alto, HoSeok sonrió con ganas inspeccionando el rostro ajeno y después a algunas mujeres que no quitaban su mirada de ambos.
- No creo que sea eso - comentó con gracia - Mira allá - señaló con su barbilla suavemente hacia un lado, donde se encontraba una pared de cristal que les permitía ver su reflejo perfectamente.
HyungWon siguió la mirada del rubio y casi se sorprendió, así que para disimularlo, sonrió aguantando la risa.
- Así que presumes tu belleza - El pelinegro no solía ser presumido tan abiertamente, pero el que HoSeok lo hubiese sido le divirtió en cierto grado.
- Nuestra - corrigió el de cabellos claros sin dejar de sonreír, a lo que HyungWon solo asintió soltando una pequeña carcajada, porque como negar tal obviedad.
Después de comer y platicar un poco se quedaron en silencio un momento.
- Hay cabañas aquí al lado - empezó el mayor - ¿Te gustaría quedarte o prefieres que te lleve a casa? - HyungWon se quedó unos segundos procesando aquella pregunta.
Si se quedaba, algo podría pasar, algo que tal vez lo dejaría más perdido por el hombre frente a él, pero si se iba, probablemente lo podría tomar como un rechazo...
- ¿Cabañas con chimenea? - la curiosidad picó.
- Uhjum - asintió acomodándose en la silla - Son bonitas.
- ¿Eso quiere decir que ya has venido antes? - entrecerró sus ojos muy levemente.
- No - carcajeó - Pero he visto las fotos - sacó su móvil y lo movió un poco con gracia.
- Bien, tu pagas - se puso de pie con una sonrisa inocente.
- Por supuesto, joven - lo imitó y salieron del restaurante.