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Hijos - Segilio

AU segilio

Donde Segismundo esta embarazado y Emilio lo cuida demasiado

Segismundo salía feliz del hospital, después de unos cuantos exámenes por fin le habían dicho que iba a tener un cachorrito, un pequeño niño con la persona que mas amaba en el mundo. Lo sospechaba desde hace vario días pero quería estar completamente seguro para poder decirle a su Emilio, algo nervioso se detuvo en un parque para poder pensar como le diría del nuevo integrante de su familia.

Después de mucho meditar se dirigió al taller de los mecánicos para poder hablar con su alfa, no le diría de su embarazo simplemente que tenían que hablar. Sabia que el mexicano se pondría nervioso o incluso se enojaría pero tenia un gran plan para decírselo, al entrar todo el mundo lo saludo, ya era algo normal ver al gallego por ahí. Desde el día de su boda pasaba mas tiempo con la "familia" de su ahora esposo, preguntando por el al jefe del taller se dirigió al comedor de donde no había salido el mexicano desde varias horas antes. Sonrió al verlo sentado comiendo lo que le habían dicho era la cuarta hamburguesa que devoraba, el medico le había dicho que si el no tenia hambre ni nauseas posiblemente su pareja tendría los síntomas. Carraspeo para así llamar la atención de su esposo, quien estirando sus brazos hacia él lo abrazo de modo protector.

-Que te dijeron en el hospital? Que le pasa a mi chiquito? -la respiración de Emilio hacia sonrojar al gallego

-Hablaremos mas tarde en la casa, ahora deberías estar trabajando -se separo de su marido dejándolo sorprendido y algo dolido- anda deja de comer y ve a reparar autos que no me voy a mantener solo

Salió de ahí sonriendo para sus adentros por la cara que había puesto el mexicano, paro un taxi y se fue a su casa a preparar todo para esa noche.

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Eran las ocho de la noche cuando Emilio salió de servicio, había estado muy nervioso todo el día desde que su pequeño le dijo que debían hablar. Se dirigió hasta su hogar rogándole a dios no pasara nada malo esa noche y subió de forma lenta las escaleras imaginándose lo peor.

Al entrar a su hogar noto que las luces estaban apagadas por lo que se dirigió a su habitación y vio a su omega sentado en la cama, esperándole. Este intentaba mantener un perfil serio pero por dentro de moría de la risa por la cara de su marido, le señalo un traje que había sobre la cama y salió del cuarto para dejarlo cambiarse.
Iban en la camioneta de Emilio aun sitio que Segismundo había marcado en el GPS momentos antes, ambos estaban en silencio algo incomodo pero aceptable. Llegaron a unas montañas al sur de la ciudad el menor fue el primero en bajar y sin esperar a su acompañante empezó a adentrarse en la espesura del bosque, el alfa bajo corriendo del auto y busco desesperado a su esposo. Corrió por diez minutos sin rumbo alguno hasta que alguien lo agarro de la muñeca y dándole la vuelta vio a su gallego sonriendo, dejo que este lo arrastrara a una llanura decorada con velas y una mesa al centro de esta. Era un escenario muy bello, todo combinaba; el cielo, la decoración, incluso el ojiverde parecía estar en su lugar.

Con los ojos iluminados por un brillo y su apetito dominado por el rico olor de la comida típica mexicana puesta sobre la mesa, apretó la mano del omega cuando este le pregunto si le agradaba su "conversación nocturna". Ambos tomaron asiento en un lado de la mesa, platicaban y reían como dos adolescentes enamorados; Emilio disfrutando de las muecas que hacia su pequeño al probar la salsa o cuando probo el agua de horchata.

Siguieron platicando un rato mas hasta que Segismundo ofreció jugar a algo, la dinámica era muy fácil: Tenia que tener lo ojos cerrados el le iba a dar objetos y tenia que adivinar que eran. Empezaron con cosas sencillas: manzanas, lápices; etc. En el momento indicado Segis saco la prueba de embarazo de su bolso y la coloco en las manos de su esposo, este dudo unos segundos de lo que podía ser y al final opto por preguntar. El omega se paro detrás de él y le quito la pañoleta de los ojos dejando ver la prueba y la cara sonriente del gallego. No sabia que decir, era como si su voz hubiera escapado de su boca.