capitulo 32

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- Confrontación -

Lux

Sonreí de medio lado al ver a nazi en el suelo, era satisfactorio para mí tenerlo a mis pies, aunque era extraño, pues nazi jamás habría sido tan estúpido como para caer por una chica insolente como yo, o al menos eso solía decirme una y otra vez.

--- Niña, ¿Que rayos estás haciendo? --- Preguntó abrazando su estómago.

--- ¿Que sucede? ¿No tomaste tu medicamento matutino? --- Pregunté cínica. Caminé rodeándolo, el se mantenía arrodillado.

--- Escucha lux, se ve que no estas en todos tus sentidos, no se de lo que estás hablando pero no soy quien crees que soy --- Dijo mientras se ponía de pie. Obvio no se lo permití y di una fuerte patada en sus costillas. Nazi volvió a caer al suelo.

--- ¿Dónde está T/n? Habla. --- Ordené.

--- Mira, apenas y estoy entendiendo que sucede, relájate y vayamos a buscarla los dos - Dijo en un intento por calmarme. Dio una vuelta en el suelo y se puso de pie poniéndose en posición de pelea.

--- Que extraño actúas... --- Comenté. Sin embargo no tome gran importancia y me posicione para pelar.

--- Lux, ¡reacciona! ¡Soy yo, --- Lo interrumpí con una fuerte patada en la cara. ¿Acaso tengo cara de estúpida?

De cierta forma me intrigaba el comportamiento realmente extraño de nazi. Tampoco tenía idea de cómo es que era posible que estuviera aqui siquiera. Sin embargo, no pensaba en todos esos detalles, lo único que tenía presente en mi cabeza era el hecho de que tenía a T/n.

Este maldito no se saldrá con la suya. No sé que fue lo que hizo, y no se por que está en este momento aquí comportandoce como el policía bueno, pero me da igual.

T/n se había ido , la habían apartado de mí. Fallé en mi única tarea como su compañera y no me iba quedar tranquila. ¿Quiere sangre?, yo le daré sangre.

La confrontación había comenzado. Nazi me golpeaba y yo esquivaba como fuera, al igual que devolvía golpes a la una velocidad propia de mi. No por nada había sido su más fiel asesina, entrenada por el mismo.

Verlo pelear me recuerda a lo que pasó anoche. Aquella pelea con ese bastardo que había estado acosando a T/n desde hace tiempo, la nueva mascota de nazi.

Fue aquí, en esta misma habitacion, lo había estado golpeando con tanta fuerza y furia hasta que llegó aquel amiguito suyo, el cual aún permanece en anonimato. T/n, tirada en el suelo inconciente, indefensa, totalmente incapaz de defenderse. Recordar eso hace que me hierva la sangre. ¿Como pude permitirlo?

Seguí en la lucha por ver quién caía primero, por supuesto no le sería tan fácil. La imagen borrosa de T/n siendo cargada por aquel tipo se apareció en mi cabeza como si volviese a vivir la escena.

Ya no podía moverme, aquel tipo había hecho de mi un montón de mierda inservible, que solo me limitaba a observar como se la llevaban. Los nudillos me sangraban, al igual que mis rodillas y varias heridas que se habían provocado gracias a una fina navaja.

No dolia, era más irritante la impotencia que me atormentaba en aquel momento. Pues la única labor que se me había otorgado me era arrebatada solo por una cuántas heridas en mi inútil cuerpo.

Padre Adoptivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora