Remember | Draco Malfoy (memoria #2) ©

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Draco

Entregamos el informe y nos fuimos a desayunar al muelle. Pedimos un par de cafés y dos bollos de canela, aunque Lethe no se comió el suyo con el pretexto de que aún no tenía mucha hambre...

Nos sentamos en uno de los muros, viendo cómo algunos barcos atracaban a lo lejos.

Hablamos durante largos minutos. Soltamos algunas risas involuntarias; volvimos a ser Lethe y Draco. Solo eso. Solo nosotros.

—Eché de menos estar así contigo.

Dijo ella de repente. Giré la cabeza en su dirección y la vi cerrando los ojos con fuerza.

—Perdón, lo dije por impulso, yo no...

—Yo también, Lethe —la interrumpí.

Lethe sonrió un poco y suspiró, fijando su vista en el horizonte.

—Quería pedirte perdón por todo. Te prometo que si la cosas se hubiesen dado diferentes, yo habría vuelto a buscarte...

Cierro los ojos con fuerza y la vuelvo a odiar. Odio que haya roto lo que pudo ser y no fue. Odio que por ella no pudimos tener lo que tanto deseé tener a su lado.

—¿Voldemort murió? —pregunté la duda que tanto había estado rondando mi cabeza.

Ella me miró y asintió lentamente.

—Lo matamos 3 años después de que estallara la guerra.

—¿Entonces? ¿de qué te escondías antes de venir aquí?

Ella rió con cinismo y negó con la cabeza.

—¿Te crees que todo acabó con Voldemort?

—No lo sé, dímelo tú. Dejé de tener contacto con el mundo mágico en el momento en el que perdí mi magia y me alejé de mi familia —confesé.

—Tu familia es el peligro del que he estado huyendo, Draco.

—Lo sé. Siempre te quisieron entregar a Voldemort...

—No, no lo sabes —dijo, haciéndome fruncir el ceño—, tu familia se convirtió en algo peor de lo que era. Tomaron el relevo de Voldemort y mandan a matar a cualquiera que no sea sangre pura. Aparte de seguir intentando darme caza a mi. Yo soy el premio gordo de ese sitio. Mi cabeza tiene precio, Draco.

Me froto la cara con las manos.

—Tus padres quieres verme en el suelo, con una daga clavada en el pecho mientras me desangro —dijo con severidad.

Al oír sus palabras un escalofrío recorrió mi cuerpo, y mi mente se inundó de dolorosos flashbacks del día en el que ella "murió". Aquel día en el que la vi tirada en el suelo, perdiendo el brillo en la mirada...

—Aún quieren eso, y solo es cuestión de tiempo que me encuentren.

—No lo harán, ellos no saben dónde vivo, por lo que no creo...

—Subestimas a tu familia, Draco. Lo más seguro es que ya sepan dónde estoy, pero lo escalofriante es pensar en qué estarán planeando —me interrumpió.