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PERDÓN, no tengo excusas para semejante tardanza *llora*, pero mi verano ha sido tan ajetreado, que me había dado mucha vagancia ponerme a escribir. Pido perdón, les compensaré no matando a nadie *sonrisa tierna*.

Draco

Los suaves labios de Sophie chocaban contra los míos de manera deliciosa. Sus manos viajaban por mi pelo, despeinandolo con leves tirones.  

—Me gusta como hueles —dijo, y comenzó a besar mi cuello.

De repente escuché la puerta abrirse e intenté alejar a Sophie, pero no se dejaba.

Alguien carraspeó y giré la cabeza rápidamente, consiguiendo echar a Sophie a un lado.

Me coloqué bien la camisa, pero ella no se molestó ni en cerrar correctamente su falda.

Vi a Blaise y Lethe parados en la puerta; la azabache me miró a los ojos, pero rápidamente me rehuyó, girando la cabeza hacia la izquierda.

—Blaise —dijo Sophie—, ¿qué tal?

—Bien —contestó él secamente.

Ella sonrió inocentemente y se levantó del sofá.

—Me tengo que ir —dijo, precipitándose hacia mi.

Me besó, intentando profundizar, pero la incomodidad de tenerlos a ellos delante me hizo detener el beso.

—Adiós —carraspeé un poco.

—Nos vemos mañana —murmuró y caminó hacia la puerta.

El ruido de la puerta al cerrarse me avisó de que mi novia había desaparecido y que ahora estaba solo en el salón junto a ellos dos.

—Buenas tardes —los saludé mientras me revolvía en mi asiento con incomodidad.

—Estaré en mi habitación —anunció Lethe, dejando el salón lo más rápido posible.

—Lethe —la llamó Blaise, pero escuchamos como cerraba la puerta de su cuarto.

—Me tengo que ir a trabajar, nos vemos más tarde —avisó Blaise sin mirarme, para luego dar media vuelta y salir por la puerta.

Me sentía un poco fuera de lugar en la casa, ya que, aunque había conseguido integrarme un poco en el último tiempo, las cosas aún eran desconocidas para mi. Además, debo añadir, que el ambiente siempre estaba algo tenso, pero no lograba encontrar la razón. Por estos motivos, Sophie había sido un gran apoyo.

Lethe

Escuché el timbre, pero no salí de mi cuarto, ya que oí como Draco abría la puerta. Supuse que la que había llegado era Sophie, por lo que eso me daba menos ganas aún de librarme del encierro en el que yo misma me había metido.

Estaba acostada en la cama, mirando al techo con las piernas en la pared. Mi mente estaba llena de pensamientos que intentaba alejar con todas mis fuerzas.

Me llevo el cigarrillo —ya casi consumido— y le doy una calada más, expulsando el humo. La habitación entera olía a tabaco, ya que había decidido no abrir la ventana; el olor distraía mi mente.

Remember | Draco Malfoy (memoria #2) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora