No podía creer que estuviera riendo a carcajadas, ¿hace cuánto no lo hacía?
Tu mano apretaba la mía y tu enorme sonrisa cuadrada me deslumbraba. Me obligaste a salir de casa, realmente agradezco mucho que lo hicieras. Podía contar con los dedos de una mano las veces que había salido de mi propia prisión. El tiempo contigo pasaba fácil, realmente todo contigo parecía ser tan fácil.
Tu brazo me arrastraba hasta el parque frente al local, mientras de mi boca pronunciaba tu nombre entre carcajadas. "Nos están mirando raro, Tae", solté una carcajada, dabas pequeños saltos mientras contabas una de tus anécdotas, pero una pareja a unos metros había llamado tu atención. Mis pies se detuvieron al ver tu repentino rostro desfigurado y algo en mi corazón me decía que por favor no mirara hacia esa dirección. Solté un pequeño quejido, tus dedos se enterraban en mi muñeca y tu respiración se había vuelto pesada.
Me odié en ese momento, mis ojos fueron directamente a las pálidas manos de la persona que amaba; aquellas que permanecían en la cintura de ese chico, se apretaban a su cuerpo y le besaba entre pequeñas sonrisas.
Mi corazón se encogió.Era muy diferente verlo, hubiera deseado que nunca pasara. Intentaste caminar hacia ellos, pero me obligué a detenerte, ¿Y si te hacía algo? ¿Cómo iba a reaccionar? no quería crearte problemas que no te correspondían. Tus ojos me miraron por largos segundos, llenos de impotencia y tristeza. "No está bien, tiene que saber que estás aquí." Lo dijiste con amargura, con resentimiento, y no pude evitar llorar.
"Por favor Tae, vamonos" mis ruegos eran débiles. Era vergonzoso, otra cosa es que lo supieras, pero ¿verlo? ¿ni siquiera él intentaba ocultarlo? Te miré negar, solo diste la vuelta y me obligaste a caminar lejos de ahí.
Lo agradecí, no podía seguirlo viendo tan feliz con alguien más.
El resto del día parecía apagado, como todos mis días en realidad. No quería que te fueras, no sabría cómo iba a sentirme cuando llegara.
El sonido del televisor ni siquiera era importante, había dejado de prestar atención desde hace un tiempo. Uno de tus brazos rodeaba mi cintura y no fue hasta que la puerta se abrió que mi mente volvió a la realidad.
YoonGi te miró tan exaltado, como si fuera él quien me hubiera visto besando a otra persona. Quitó tu brazo de mi cintura y te empujo, no hiciste esfuerzo, caminaste fuera con tus manos alzadas pronunciando un "Llámame, Jimin" que le hizo enfadar aún más.
Vi tus ojitos preocupados antes de que la puerta se cerrara en un golpe estruendoso que me hizo temblar."Siempre está él aquí, ¿tienes tan poca vergüenza que lo traes a follar a casa?" , puse los ojos en blanco, el jalón sobre mi brazo me hizo mirarle sorprendido. Volví a darle mi charla, la misma que daba cada vez que me preguntaba sobre ti. Sus palabras dolían, ¿creía que yo era capaz de hacer lo mismo?
Estaba enojado, gritaba palabras sin sentido, acusándome de cosas que nunca había hecho. Estaba harto de llorar, odiaba que fuera de esta forma; mis manos se apretaron en pequeños puños y no lo pude evitar, exploté.Le grité todo, las palabras salían de mi boca sin siquiera tener tiempo de pensar, sus ojos felinos parecían querer matarme y ni siquiera me importó lo molesto que se veía. Terminé con el día de hoy, recalcando que no podía negarlo porque yo lo había visto.
Mi corazón parecía querer salirse de mi pecho cuando terminé, abriendo mis ojos dándome cuenta de todo lo que había dicho. Sus manos me empujaron con fuerza, haciéndome caer al suelo y sentí la bota presionando sobre mi muslo. El pálido rostro furioso hizo que me encogiera sobre el frío suelo y después de unos minutos temiendo lo peor, lo sentí.Sangre.
Dolor.
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𝐈𝐍𝐅𝐈𝐄𝐋┃𝐘𝐌
FanfictionEn donde YoonGi comparte la cama con otra persona. Y JiMin lo sabe. 📍No copias ni adaptaciones.