𝐈𝐍𝐅𝐈𝐄𝐋┃𝐘𝐌

Parte diez.

Realmente me hubiera encantado no despertar nunca. Haber logrado apagar todo el dolor que sentía de una forma tal vez horrible, pero definitiva. O tal vez me hubiera gustado ver tu rostro arrepentido cuando abrí mis ojos, y no la casa vacía, solitaria.

Me senté como pude sobre la suave superficie, al menos habías sido un poco considerado como para no dejarme en el suelo. Sentí mi cabeza punzar al escuchar el sonido del móvil que indicaba una llamada, así que con una dificultad que no esperaba; caminé buscándolo por la casa, encontrándolo en el mueble. La llamada se cortó antes de que pudiera contestar, lo que me dejó ver en la pantalla casi veinte llamadas perdidas de Tae.

"Jimin."
"¿Cómo te sientes? ¿Necesitas que vaya a verte?"
"Estuve buscándote todo este tiempo, ¿Dónde estás? Yoongi me dijo que estabas fuera de casa."
"Jimin contesta, no has hablado con nadie en todo el día."
"¿Estás intentando evitarme? ¿Él te dijo que lo hicieras otra vez?"

Me sentía perdido, llamé al número marcado en la pantalla, sentándome como pude. La voz sobresaltada de mi amigo hizo que me sobresaltara, mi abdomen dolía con cualquier pequeño movimiento. No paraste de preguntar si estaba bien, que querías verme y realmente no te lo negué. Necesitaba a alguien, te necesitaba mucho ahora mismo. 
Sabía que dirías en cuanto cruzaras la puerta, ¿había quedado inconsciente? ¿casi todo el día? Mi cuerpo se estremeció tan solo de pensarlo, y cuando me encaminé al baño para asearme antes de tu llegada, supe exactamente porqué. Mi rostro tenía un gran golpe cerca de la boca, mi labio tenía sangre seca al igual que mi mejilla, y la hinchazón, así como los morados, hacían verlo mucho más deprimente.  Al retirarme la ropa descubrí que mi espalda dolía igual o peor, tenía un moretón a un costado, supuse que por la caída y no porque te hayas aprovechado de mi estado para desquitarte. 
No sé cuánto tiempo pasé en la ducha o cuanto tardé vistiéndome, pero llegaste más pronto que muchas otras veces, y cuando te dejé entrar solo vi un rostro espantado. Estabas enojado, realmente quería que no lo estuvieras, pero no podía pedir demasiado tomando en cuenta lo que pasó.

Me dijiste que habías venido a buscarme temprano, que por alguna extraña razón YoonGi seguía en la casa, pero te había dicho que yo no, me dijiste que, aunque algo te decía que no, le creíste por lo silencioso que estaba el lugar. Tus pequeños ojos parecían vidriosos y eso me hizo abrazarte con fuerza a pesar del dolor, limpie algunas lágrimas y tu hiciste lo mismo. 
Me ayudaste a levantarme y caminamos al dormitorio, miré extrañado lo que hacías, colocaste una pequeña maleta encima de la cama y cuando comenzaste a acomodar algunas de mis prendas en ella, me exalté. 
Intenté quitarle, pregunté lo que hacías y a pesar de luchar por una respuesta, terminaste de empacar lo necesario con un rostro determinado. 

"Vendrás conmigo, hablé con SeokJin y dijo tener planeada una semana con su pareja, no creo que tenga a alguien más que la persona que pensamos, ¿o no?" era imposible, ¿no? Yoongi iba a regresar, seguramente preguntaría donde estaba, ¿y si le preocupaba a donde había ido en mi estado? Mis pensamientos se detuvieron ante la punzada en su mejilla, dejándome caer de golpe a la realidad y a lo acontecido hace algunas horas. Sentí que mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude controlar el momento en el que empecé a llorar por él, otra vez. Me maldije mil veces mientras observaba a Taehyung volver a cerrar la maleta. Pregunté como conocías a Seokjin, sin embargo, solo me dijiste que no lo hacías, pero que tenías un contacto dentro de su trabajo. No volví a preguntar otra cosa y al salir de esa casa, sentí que una carga se escapaba de mis hombros.

Pero la tristeza seguía ahí. 
Y mi corazón siguió roto incluso los días siguientes.