Cuando llegan, Buck es el primero en bajar e ir al vestuario. Estaba por sacar su ropa para ir a bañarse, pero al ver que los demás iban hacia las duchas decide dirigirse a la cocina.Mientras esperaba a que esté el café saca su teléfono y se desplaza por sus redes sociales, hasta que termina revisando su galería y no puede evitar la nostalgia y anhelo cuando ve las fotos que tenía. Fotos con Chris y Eddie, con Maddie, Chim, Hen y Bobby, incluso Athena con Harry y May.
Y en su carpeta más preciada, fotos y videos con Rachel. Verla sonreír, haciendo caras raras, ella dibujando, ella cocinando, riendo.
Siente una pesadez en su pecho con cada imagen que pasa, desea tanto volver a esos tiempos, tan felices...Se sobresalta por el pitido de la cafetera indicando que ya está el café, deja su teléfono y va en busca de su taza preferida. Se prepara su café a gusto aprovechando la paz, y apenas le da un sorbo a su café suena la alarma, así que la deja y corre hacia su equipo.
Y el resto de su turno se resumió en llamadas, una atrás de la otra, todo el día. Al final de la jornada Buck estaba agotado.
Cuando vuelven de su llamada reciente, Buck va hacia las duchas para darse un baño rápido, y mientras se buscaba su toalla ve que Eddie se dirige a su casillero.
-Donde está esa estúpida toalla?- no puede evitar refunfuñar en silencio mientras sigue buscando, extrañado de que no esté en su lugar. Estaba a punto de rendirse y resignarse a preguntarle a Eddie, que se estaba cambiando la camiseta, si la había visto. Pero algo blanco llama su atención. Su toalla tirada en el piso. Justo en sus pies. Se le había caído sin darse cuenta.
Su rostro enrojece mientras la levanta, cerrando su casillero y yendo a las duchas.
-Porfavor que no se haya dado cuenta.- implora en su mente, sin notar que Eddie intentaba tapar su sonrisa en su mano. Mientras estaba en la tranquilidad de la ducha, se permite un momento de relajación, dejando que el agua tibia afloje la tensión de su cuerpo. -Casi extrañaba esto, ha pasado un tiempo...-.
-"Un tiempo? Casi un año de que no eres lo suficientemente competente para hacer tú trabajo"- y de vuelta esa voz amarga y cruel voz que lo atormentó toda su vida. Desde que paso lo del camión, incluso mucho antes, la voz había vuelto a su mente, con esos oscuros pensamientos que tanto trataba de ignorar, y con la demanda solo empeoró. Estaba en una pelea constante consigo mismo.
Y no sabe si esta vez podrá ganar.
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Cortito ya sé.