𝐇𝐀𝐏𝐏𝐈𝐄𝐑 | Chase Hudson

008

Madison De Luca
Los Ángeles, EEUU

— Dios mío Madi, que linda te ves — me dice Madison Beer, la cual está sentada en mi cama mientras me mira.

Tengo puesto un vestido café el cual es increíblemente lindo. Mi pelo está amarrado en un moño alto y también tengo unos tacones de aguja.

— No se si llevarlo — le digo a mi amiga mientras me coloco en frente de un espejo.

— Si no lo llevas te pego en la cabeza para que te avispes — me dice ella parándose a mi lado mientras me mira en el espejo.

— No lo se, tampoco se si en realidad quiero ir — ella levanta una ceja — Dixie es mi amiga, pero va a estar su hermana y seguramente Chase y...

— Y nada — ella me agarra de las manos — Tienes que superarlo Madi, el ya lo hizo.

Auch, que es eso que siento en el pecho? Oh si, mi corazón romperse. Asiento tratando de sonreír, al parecer la chica se lo cree, ya que solo me dice un "vamos ya, o si no dixie nos va a matar". En cuanto nos subimos al auto, Conan palmea el asiento a su lado para que me siente junto a él.

— ¿Pasa algo? Te ves hermosa, pero traes una cara de mierda — ruedo los ojos antes de acercarme a su oído para susurrarle.

— Madison me recordó a Chase — el me mira levantando una ceja.

— Loquillo — dice el mientras pasa su brazo por detrás de mis hombros, atrayéndome a él.

— No quiero ir — hago un puchero mientras pestañeo.

— No me hagas esa cara, ya no caigo en eso — ruedo los ojos y le saco la lengua — Oye, atrevida!

— Shut up — el abre los ojos ofendidos y echa la cabeza hacia atrás.

— Si, si, obvio — dice el riéndose.

[...]

— Bienvenidas y bienvenido— dice Dixie al abrir la puerta.

— ¡Ah! Estoy muy feliz por ti — dice Madison Beer mientras le entrega una botella de Champán.

— Yo igual estoy feliz por ti chikibeibi — le digo besando su mejilla mientras entro a la gran casa de sus padres.

— Yo igual, pero no te voy a abrazar — le dice Conan fingiendo una sonrisa mientras entra a la casa.

— ¿Por que lo hiciste acá y no en tu casa? — le digo mientras camino a su lado.

— Porque invite a mucha gente y caben todos acá. Además hay sala de cine — Conan me mira antes de hacer una mueca.

Si se que no se caen bien, por lo que no entiendo como pueden convivir algunas horas sin pegarse. Caminamos detrás de Dixie, cada vez escuchamos unas risas y voces más cerca, agarro la mano de Conan, ganándome una mirada de su parte. Apenas entramos al lugar las miradas se posan encima de nosotros. Madison Lewis y Sabrina se levantan a saludarnos, mientras que Avani, Charli y Madison se quedan sentadas en su lugar viéndonos.

— Te ves hermosa — me dice Lewis con una sonrisa, le sonrió de vuelta y le agradezco.

La mano de Conan áptera la mía, llamado mi atención. Primero lo veo a él, tiene la mandíbula apretada y el ceño fruncido. Después veo hacia donde está mirando, un sofá café largo, en donde se encuentra Nick Austin, Madison, Ryland y Chase Hudson. Mi corazón acelera su ritmo al ver al último nombrado, el chico me mira para luego sonreírme se lado, solo soy capaz de ladear la cabeza y sentarme en uno de los sillones de atrás junto a mi amigo.

— Si hay un cuchillo no dudes en que lo usaré — me dice el enojado.

— Vamos Conan, no importa — captó su mirada y sonrió divertida — Parece que no soy la única que tiene que superar algo — nuevo mis cejas de arriba hacia abajo, él suelta un bufido y pega su vista en la enorme pantalla.

El video de F*ck Boy pasa relativamente rápido, al final todos nos levantamos y felicitamos a Dixie, la cual tiene una enorme sonrisa en la cara. Una vez que es mi turno junto al de Conan, la chica nos abraza a los dos a la vez. Mi amigo rueda los ojos al escuchar las palabras de agradecimiento de la pelinegra.

— Estoy tan feliz de que hayan venido y de que sobre todo les haya justado — nos deja un beso en la mejilla a los dos mientras se separa para mirarnos — Ahora viene lo divertido — miro a la chica con una ceja alzada — ¡Karaoke!

Conan sonríe falsamente mientras agita las manos, yo solo intento sonreír. A ninguno de los dos nos gusta mucho hacer Karaoke, ilógico suponiendo que somos cantantes. Dixie nos sienta en un sillón enorme y largo, Charli se sienta a mi lado y me sonríe, le intento sonreír de vuelta pero solo me sale una mueca, dejo de mirarla y agarro la mano de Conan, no tuve que venir.