CAPITULO 9

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Rin estaba sentado en el regazo de su madre mientras al frente de ellos se encontraba Akutagawa junto con lo que es y fue la pesadilla de todas las personas que cayeron en las garras del perro de la Port Mafia.

—¿Lo ves? No nos hará daño, no a nosotros— le hablaba con un tono dulce Higuchi, acariciando los oscuros cabellos de Rin.

El infante miraba algo nervioso a aquella criatura que sobresalía de la gabardina de Akutagawa y que poseía ojos intimidantes, tan rojos como la sangre misma.

¿Y dónde se encuentran? En este momento están ubicados en el departamento de los hermanos Akutagawa.
Después del incidente ocurrido varias noches atrás, Akutagawa decidió llevar a Higuchi y Rin a su departamento, aunque le llegó de sorpresa a Gin, no tuvo ningún problema con la repentina llegada de Ichiyo y su sobrino.

Ahora después de una profunda charla decidieron que debían de enseñarle a Rin todo lo que respecta a las habilidades sobrenaturales.
Higuchi le explico sobre la existencia de personas con poderes y que Akutagawa pertenecía a una organización que recluta a estos individuos además de haber más organizaciones de este tipo. Después de los incontables "¿Por qué?" por parte de Rin, procedieron a mostrarle a Rashoumon.

—No te hará daño—intervino Akutagawa al ver el nerviosismo de su hijo— Yo soy quien tiene el control sobre sus acciones ¿bien?— el niño asintió ya algo más relajado— Ten eso en mente, yo no los lastimaría, a ustedes no.

—¿Y a otras personas si?— preguntó
—Son personas malas, Rin— deshizo su habilidad y se centró en su hijo— además de que esas son las órdenes que debo de seguir.

Rin asintió nuevamente, aunque aún tenía varias dudas, pero notaba que a sus padres les costaba explicarle de una forma que él entendiera y por momentos entraban en una pequeña crisis, así que por ahora se guardaría sus preguntas.

Se mantuvieron en silencio hasta que el sonido de la puerta del departamento abriéndose se escuchó en el lugar, captando la atención de la pequeña familia.

—Con permiso— anunció la voz de Tachihara, dejándose ver al adentrarse en la sala, que venía junto con Gin
—¡Tío Tachi!— Pronunció feliz al ver al pelirrojo y en un santiamén fue corriendo a sus brazos.
—¡Rin! ¿Cómo has estado eh?— lo tomó en brazos desordenado su cabello en modo de saludo, sacándole una risueña risa.

Mientras tío y sobrino charlaban, la azabache se acercó a la pareja.
—¿Ya hablaron con él?— preguntó sentándose a la par de su hermano.
—Lo suficiente— respondió la rubia—estoy segura que aún debe de tener dudas y no es una opción resolverselas, no en este momento— ante lo dicho Ryuunosuke asintió.

Gin soltó un suspiro mirando de reojo a Tachihara viéndolo entretenido con el pequeño que le contaba lo que ha hecho desde la última vez que se vieron.

La tarde transcurrió sin más inconvenientes entre juegos hasta la cena, cuando el pelirrojo tuvo que retirarse del apartamento.
La comida pasó entre pláticas que mayormente iniciaba Rin y que en ocasiones les sacaba una sonrisa a Higuchi y Gin, incluso a Akutagawa.

Ya en la noche, la azabache salió para cumplir con una misión dejando a los tres solos en el departamento.
Cuando el pequeño cayó dormido en el regazo de su padre, lo llevo hasta su cama, que ahora era ocupada por Higuchi y su hijo.

Al salir, ya estando las luces del lugar apagadas a excepción de una lámpara junto al sofá, observó a Higuchi que tenía una taza con que parecía ser café, esa imágen ya se había vuelto una rutina.

Después de que Ichiyo y Rin fueran trasladados a la vivienda del peli-negro, Akutagawa le informó a su líder sobre el intento de ataque.
Parece que la organización que se infiltró en la mafia para robar armamento era más grande de lo que creían, pero eso no era lo que consternó a Akutagawa, sino que después de dar su informe, Mori le pidió que no hiciera ningún movimiento y que esperara hasta sus nuevas órdenes.

¿Esperar? ¡¿Cómo se supone que lo haría?! ¡¡¡Su hijo está en riesgo y le pide que se quede sin hacer nada!!!
Pero sin importar qué, debe de seguir esas órdenes, por mucho que en más de una ocasión haya desobedecido a sus superiores, ahora era diferente, tenía a dos personas que podían salir muy mal por un movimiento precipitado.

Higuchi no tardó mucho en enterarse de eso y se sentía preocupada por Akutagawa, lo conocía desde hace ya tiempo, estaba más que consiente que la decisión de su líder solo lo llenaba de frustración y ansiedad.
Y se podría decir que ella lo ha ayudado a despejarse un poco, después de dejar dormido a Rin en la habitación, prepara algo de café y ambos se sientan a escucharse el uno al otro (principalmente Higuchi a Akutagawa) para calmar la mente o simplemente se quedaban sumidos en un profundo silencio hasta que el sueño le gana a Higuchi y cae dormida; y allí es donde el peli-negro le toca llevarla hasta la habitación para dejarla junto a Rin.

Esa noche no iba a ser diferente a lo ya mencionado, Akutagawa se sentó junto a la rubia y se dispuso a mirar el techo mientras trataba de organizar el desastre que era su mente en ese momento, por su lado Higuchi, miró la taza entre sus manos con cierta angustia, odiaba ver tan frustrado a Akutagawa pero ¿que más podía hacer?

—¿Te...—la voz del peli-negro resonó en sus oídos sacándola de sus pensamientos— molesta?
—¿Molestarme qué exactamente?— preguntó mientras tomaba un sorbo de lo que le quedaba de café
—Yo— rápidamente centró su mirada en él—no debe ser agradable para ti verme así... probablemente sea una molestia
—No....no exactamente...no voy a negar que me disgusta verlo así pero entiendo, también se trata de mi hijo y...—en ese punto la voz de Higuchi se quebró, haciendo que Akutagawa se centrara en ella— no he podido hacer algo más...desde que empezó todo esto... sé que ya no pertenezco a la Port Mafia...pero si se trata de mi hijo, no dudaré en dispararle a quien sea que tenga en frente con tal de que esté bien...— mencionó eso último con clara frustración.

Akutagawa se quedó en silencio observándola, nunca se le pasó por la mente que Higuchi estuviera igual de frustrada que él en un principio.
El silencio volvió a dominar el ambiente por varios minutos, Ichiyo iba a ya a irse a la cama pues ya le estaba entrando sueño pero la sensación de unos brazos rodeándola y estrechandola la detuvieron.

Tenía su cabeza escondida en su pecho mientras la presionaba más entre sus brazos, Higuchi se acomodó nuevamente en el sofá y con algo de temor imitó la acción de Akutagawa, acariciando su espalda y cabello en escasas oportunidades.

Ambos entendían lo que sentía el otro y sus corazones les dictaban que no podían abandonarse el uno al otro en esa situación...

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Hey, hey, hey
Qué tal gente? \:D/ aquí otro capítulo un poco más sentimental.

Quería reflejar o más bien profundizar como se han sentido Akutagawa y Higuchi ante toda esta situación.

Otra aclaración es que creo que está historia durará otros 4 capítulos, no estoy seguro aún, pueden ser más o menos.

Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.
Bye bye~

Familia [AkuHigu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora