- Cap. 1 -

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"La vida es una montaña rusa que gira muy cruel en ocasiones, ¿No?

Towa pensaba en eso recostada a un árbol, su sombra era lo suficientemente amplia para cubrirla del sol, el cual era muy raro que brillara con gran resplandor en ese atardecer.

Pensaba mucho en el día que se despidió de los Higurashi, la tierna mirada de su hermanita mientras hacía berrinche para ella prometer que volvería a su lado...

"Hermana, vuelve, ¿De acuerdo?

Sus padres y abuelos adoptivos la recibieron con tanto amor, querían protegerla del peligro, verla crecer, ¡ah! sobre todo; cambiar el estilo de vida que la llevaba a pelear a diario con sus hostigadores, ellos querían paz para ella.

Alejarse de ellos trajo muchas consecuencias, tanto positivas como el sentirse aceptada en su naturaleza, estar al lado de su hermana y su prima, las cuales significaban mucho para ella, conocer gente nueva y amigable, etc. Pero por otro lado atacaba la negatividad: Pelear contra demonios que amenazan su vida día y noche (pelear contra chicos en Tokio era fácil a comparación de hacerlo contra mounstros), no tener la calidez de un tierno abrazo de sus padres, fueran los biológicos o no, la desesperación de no encontrar la mariposa de los sueños y no cumplir con la promesa que le hizo a Mei... Era una montaña de emociones que indagaban en su cabeza, Setsuna la notó tan distraída que después de llamarla varias veces, decidió sacudir su brazo.

- ¡TOWA, REACCIONA! _decía la gemela menor preocupada, pero con un semblante serio, a lo que Towa despierta de sus pensamientos y dirige su mirada hacía ella_ ¿Sucede algo? Estás muy distraída últimamente.

-Eh... No, no es nada grave, es solo que pensaba en algunas cosas...

- ¿Cosas como qué? _ preguntó la pelinegra sin dejar de ver a Towa a los ojos, a lo que esta solo miró hacia las nubes evadiéndola.

-Pues, no te has puesto a pensar... ¿Que hubiese sido de nosotras si nunca nos hubiésemos reencontrado? Solo digo, tal vez tu nunca hubieses sabido de mi existencia, yo pensaba que tú eras solo un sueño, así que tal vez te haya olvidado_ Towa se quedó pensando en lo último que dijo con una expresión de tristeza en su rostro ¿Olvidarla? ¡Jamás podría! Todas las noches, sus sueños le recordaban el cómo soltó la mano de su hermana en el incendio, al ser absorbida, para así quedar su mente en blanco y despertar con esa agonía en su pecho.

No, jamás sería capaz de tal descaro.

-Jumm, no pienso en que hubiese pasado, solo sé que el destino me tiene pruebas en el camino, debo estar alerta para hallar la solución de cada problema que venga en mi camino. Nunca pensé en si tenía familia o no, solo velé por mi protección, es todo lo que diré_ dijo eso mientras veía tranquilamente el cielo que empezaba a oscurecer.

De repente se escuchó un grito que provenía de la casa de la anciana Kaede, las gemelas se levantaron bruscamente para dirigirse a ver qué había sucedido...

Era Moroha; la azabache había logrado dominar el celular de Towa, pero ¿Por qué gritaba?

-Moroha... Eras tú _dijo Setsuna con ganas de golpearla, pensó que tal vez le habían robado o habían lastimado a la anciana Kaede, pero resultó ser una ridiculez.

-Moroha, nos has asustado mucho ¿Sucede algo con mi celular? _dijo Towa jadeando, corrió tan rápido que se quedó sin aire ni para hablar.

-Towa ¡Esta cosa es increíble! Coloca los paisajes en pausa y quedan guardados en eso llamado "Fotos" _la azabache estaba observando a través de "la cosa" todo lo que rodeaba a su alrededor.

-Ah... Hablas de la cámara_ Towa quería reírse de su prima, aunque no la culpaba, es común que los habitantes del Sengoku no cuenten con fotografías para guardar recuerdos.

- ¿No crees que debas ir con Jyubei, Moroha? _ decía la anciana, saliendo de su cabaña al escuchar tanta bulla afuera_ Se hace de noche y el peligro es más fuerte a estas horas.

-Tranquila abuela Kaede, el peligro me teme a mí_ dijo orgullosa la hija de Inuyasha mostrando sus colmillos resplandecientes ¡Es tan parecida a su padre! _ Bueno, yo me marcho, adiós abuela, Towa, Setsuna_ y sin más, corrió por los arbustos hasta perderse de la vista de los demás.

-Towa, Setsuna, diríjanse a sus hogares, ya oscurece y mañana es otro día de trabajo.

-Está bien, nos vemos mañana_ la fría hija de Sesshōmaru se dirigió a su lugar en el refugio de los exterminadores, aunque no podía dormir, admirar las estrellas era algo atractivo para ella.

Towa por su parte estaba exhausta, quería recostarse en su futon y olvidar todas aquellas preocupaciones que embargaban en su cabeza.

¡Qué ingenua era la hija de Rin! La primogénita no esperaba que hasta soñar se convertiría en otro dolor de cabeza...

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- ☆ Viaje entre épocas a través de sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora