Un camino a casa: Parte 2

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El silencio era absoluto entre ambas era absoluto, lo único que podía oírse eran las brazas de la hoguera y la pesada respiración de la enorme creatura acostada luego de haber disfrutado su cena, Lux yacía recostada en la bestia, tan apartada como podía de la mayor, pero intentando no dar a entender desagrado, simplemente se relajaba, si bien era agradable tener compañía, demasiadas cosas habían pasado en las ultimas veinticuatro horas, aunque desde hacía mucho estaba interesada en Katarina, ya se había hecho a la idea de que era algo imposible, en parte por eso se había machado de su lado para empezar, claro que eso no significaba que no se viera tentada a observar ese cuerpo que parecía esculpido para despertar el deseo de quien se acercara, pero nunca se hubiese imaginado que en un impulso de calentura la mayor se lanzaría a besarla, conocía su personalidad dura y arrogante, pero nunca la vio como alguien impulsiva, siempre pensaba las cosas a la perfección, pero al fin y al cabo era humana y podía llegar a sentir ciertas necesidades, aunque ya le había dicho que no sentía tales cosas generalmente, estaban en una situación muy distinta, aisladas de todos, pasando tanto tiempo juntas y sin mucho que hacer realmente, era apenas natural, mientras razonaba las posibles razones del por qué la mayor se abría acercado así, su pecho comenzaba a doler un poco, su atracción por la pelirroja no era solo física, le gustaban un sin fin de cosas sobre ella,  su fuerza, su andar, su manera de presumir, cunado era arrogante o cuando se alteraba y hacía su rostro mas expresivo, su determinación, incluso su manera de molestarla, la hacía sentir que tenían una conexión, como si fueran amigas de toda la vida, se sentía en paz junto a ella, pero al mismo tiempo se sentía inquieta, insegura de sus palabras y sentía un gran nerviosismo cuando sus miradas se encontraban de forma directa. Seguía pensando todas la facetas que había logrado ver de ella, hasta que sus pensamientos fueron interrumpidos por la sensación de algo tocando su piel suavemente, abrió los ojos para ver de que se trataba, sus mejillas se coloraron ligeramente al ver que era Katarina cubriendo su cuerpo con una de las improvisadas mantas que habían fabricado con pieles.

—Pensé que dormías, es una noche fría y temblabas un poco, así que decidí taparte un poco— habló rompiendo el silencio. 

—Gracias— pronunció tímidamente, cubriendo parte de su rostro con la manta.

—No agradezcas— le dedicó una sonrisa tan sincera como nunca lo había hecho, antes de comenzar a alejarse.

—Oye— llamó su atención —¿por que no te recuestas aquí?—

—¿En esa cosa?—

—Claro, es más cómodo que el suelo, y junto con la manta te mantendrás caliente toda la noche— aclaró aún cubriendo parte de su rostro.

—De acuerdo, si no intenta comerme— bromeó, causando una leve risa de la rubia.

Katarina tomó las pieles que había traído y se recostó cerca de Lux, pero sin invadir su espacio, el animal aunque no terminaba de agradarle, era realmente cómodo, en silencio observaba las llamas de la hoguera, le transmitían tranquilidad, pero esta no duró mucho, ya que Lux había tomado una decisión que afectaría todo de ahora en adelante.

—Kata— suspiró haciendo una pausa para tomar valor de decir lo siguiente —...¿por qué me besaste?— preguntó aún cubierta por la piel y mirando directamente el fuego.

Katarina sorprendida observó a la menor, la sorprendía un poco la tranquilidad con la que trataba el asunto.

—¿Quién sabe? a lo mejor simplemente me pareció ver un sabroso bocadillo en...—

—Hablo en serio— interrumpió en el mismo tono calmado que tenia hace rato —por favor, respóndeme—

La reacción de Katarina fue simplemente relajarse y tratar de ser tan sincera como su orgullo lo permitiera y tragó en seco antes de finalmente hablar.

AMOR EN GUERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora