Juicio

338 40 6
                                    

El sol se filtraba por la ventana, golpeando directamente en los párpados de la pelirroja, causando que los apretara antes de abrir los ojos lentamente, se incorporó escaneado la habitación hecha un total desastre.

-Genial...otro maldito día de mierda- dijo irritada.

Tomó la botella junto a su cama, pero esta estaba vacía

-Y tengo que salir a comprar más...vaya mañana- se levantó de la cama y buscó algo que pudiera usar, en cuanto estuvo medio vestida, usando solo una camisa larga y abotonada sobre su ropa interior, salió de la habitación y bajó las escaleras hasta el primer piso.

-Buenos días señorita, estaba a punto de subir su desayuno ¿prefiere comer aquí?- saludó la joven que atendía la posada.

-Ya que estoy- se encogió de hombros, sentandose en la barra -...necesito que limpien mi cuarto-

-Por supuesto, iré enseguida, así cuando termine su desayuno esté listo-

-¡Hmm!...suerte con eso- se burló en voz baja -necesito también un lugar para que laven mi ropa-

-Con gusto podemos hacernos cargo-

-...bien, te lo encargo...y me llevaré un par de botellas más, solo cargarlas a mi cuarto-

-Seguro- contestó con una sonrisa - ahora, si me disculpa, voy a limpiar su habitación- la joven estudió a Katarina con la mira por un momento -...señorita, si me permite... debería ser más cuidadosa en como viste, este lugar está lleno de hombres y algunos podrían propasarse-

-¿Qué?- dijo mirando al resto de personas en la taberna -...no te preocupes, la mayoría son mis subordinados, otros son de Demacia, por lo que saben lo peligrosa que soy...incluso con este cuchillo para mantequilla...el resto, que lo intenten, haber como le hacen cuando pierdan las manos-

Con una leve risa, la joven mucama se despidió con una reverencia se fue rumbo a la habitación que usa Katarina.

Disfrutando del último bocado de su desayuno, la pelirroja pudo ver a cierto hombre de capucha azúl sentarse a su lado.

-Lo que sea que quieras, no me importa, largo-

-¿Hasta cuándo piensas seguir ahogandote en alcohol?-

-¿Te molesta?-

-Hace tres semanas que no apareces por la residencia-

-¿Y eso a quien le importa?...hago mi trabajo, puedo hacer lo que quiera en mi tiempo libre-

-¿Y piensas quedarte aquí, encerrada en un cuarto pequeño y bebiendo hasta quedar inconsciente?-

-O hasta que me mate- añadió con una sonrisa ladina -...diste clavo en el justo hermanito-

-Por favor Katarina, no puedes seguir lamentándote así, esta no es la Katarina que conozco desde que éramos niños-

-¿Sabes? tienes razón, he cambiado mucho en el último año, conocí a cierta rubiecita, que aunque me pese decirlo, se me metió hasta la médula, me hizo felíz- dijo con una risa sarcástica antes de cambiar a una expresión completamente vacía -...y luego mi hermana menor la mató, y a mi junto con ella-

-No seas dramática- la mayor solo contestó con una mirada asesina -¿Tanto te importa esa niña?-

-Suena estúpido ¿no?, pero ya ves como estoy-

-La noche que me enteré, me dijiste que asustaba elegir entre ella y Noxus, pero por curiosidad ¿qué elegirías?-

-¿Ya que sentido tiene? está muerta-

AMOR EN GUERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora