AMOR EN GUERRA

Epílogo

—Disculpe, señor Crownguard— habló una de las sirvientas —le llegó una carta—

—¿Una carta?¿de quién?—

—No lo dice, pero el mensajero venía de la ciudad en la frontera con Noxus—

—Bien, puedes retirar te— indicó recibiendo el sobre.

—Entendido— se despidió con una reverencia.

El castaño dudó unos segundos, pero lo mejor era ver de qué se trataba, en cuanto abrió el sobre reconoció esa caligrafía.

"Querido Garen, ha pasado un tiempo...cuatro años desde la última vez que te ví.

No sé si aún puedo llamarte hermano, tampoco sé si sigues molesto conmigo, ni si terminarás de leer ésto, aunque espero que así sea.

Luego de mi sentencia, pasé por un infierno, pero no te culpo, tampoco a papá o mamá, nisiquera a quienes me juzgaron, pero ese no es el punto...el punto es que me reuní con Kat un mes después, y al cabo de un tiempo nos marchamos, ella abandonó Noxus por mí, desde entonces hemos vivido juntas, pasamos por buenos y malos momentos, pero realmente he sido muy feliz con ella, por eso aunque no sé si tengo derecho, me gustaría que vinieras a mi boda, es el mes siguiente, pedí un par de favores para que tanto tú cómo mis padres pudieran venir, un bote saldrá de la ciudad neutral donde me descubrieron el último día de este mes para traerlos, me gustaría que tuviéramos un par de semanas para ponernos al corriente, pero entenderé perfectamente si decides no venir, espero que sí.

Con cariño, Lux"

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

—...Lux— la llamó la pelirroja suavemente abrazando su cintura desde atrás —...vámonos amor, está anocheciendo, mañana vendremos—

—No...mañana no podemos, debían llegar hoy...supongo en verdad ya no soy su familia— sonrió con tristeza.

—Talvez se retrasaron—

—Talvez— giró encarando a su pareja —...vamos a casa— pidió dejando un pequeño beso en los labios de la mayor antes de comenzar a alejarse del puerto.

—Como diga, señora Du Coteau—

—Futura...aún faltan un par de semanas—

—Tecnicismos—

Esa noche Lux no durmió tan bien como le gustaría, su familia la había abandonado, pensó que después de todo, ellos la amarían así como ella lo hace, se acomodó en el pecho de la ya dormida pelirroja e intentó dormír, tratando de que la sensación de estar con Katarina alejara el dolor y el vacío que sentía.

A la mañana siguiente una somnolienta pelirroja bajaba las escaleras en busca de su rubia compañera, quien terminaba de lavar unos platos.

—Hola bonita— se le acercó por la espalda depositando un beso en su cuello —¿a qué hora despertaste?—

—Hace un rato, tengo que salir, así que tomé una ducha y también hice el desayuno mientras dormías—

—¿Sales?—

—Si, tengo que ver algo con mi vestido—

—¿Qué no lo habías hecho ya?—

—Si, ya lo arreglaron, pero Caitlyn quiere que vaya a probarmelo otra vez para asegurarme de que si me quede—

—¿En serio?—

—Ya sabes cómo es ella, está más ansiosa con esto que nosotras— contestó tomando sus llaves y bolso —debo irme ya, vuelvo en unas horas, te amo—