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Quiero ser el único para ti.






—Cariño.— murmuró en voz baja, hace unos momentos el mayor se había quedado profundamente dormido, parecía estar tan sumergido en aquel sueño que no se percato de los leves roses que le proporcionabas con las yemas de tus delicados dedos. Su piel era tan suave, te recordaba a un pequeño y dulce bebé. A un lado estaba el suéter de tela delgada de Katsuki, lo tomaste y lo colocaste encima de él, hacía un poco de frío y no querías despertar al ojirubí.

Te gustaba estar así, estos eran los momentos donde te imaginabas despertar cada día alado de él, dentro de una gran casa, con una chimenea para los días helados, unos sillones largos y grandes donde sentarte o recostarte, una mesa en medio para colocar los aperitivos que prepararía Katsuki para ambos, una televisión para ver las series favoritas de ambos....

¿Y por qué no un pequeño niño?, espera, aún no estabas lista para pensar en ello, tenías muchas más cosas por hacer, pero te agradaba la idea de tener a un pequeño Bakugō contigo, en algún futuro un poco lejano sucedería, tal vez.... quien sabe.

Te despejaste de aquella fantasía que habías creado para dirigir tu mirada a un rubio que se removía sobre ti, él se apegaba más a tu vientre como si fuese lo único que tuviera para protegerse, supusiste que algo estaba pasando en su sueño, así que no te importo demasiado. Continuaste viendo su rostro con cariño, imaginando posibles escenarios futuros.

— ¿Katsuki?, Cariñito.— murmuraste otra vez, diste una leve risa al ver que la cabeza de Bakugō se ponía del lado contrario al que estaba, como no queriendo despertarse aún, sus cachetes se encontraban de un leve color carmesí no muy intenso. Te parecía adorable. Cuando te diste cuenta él ya estaba despertando.

— Joder.— susurro.

— ¿Ocurre algo? — Apenas el rubio trataba de ponerse en sus cinco sentidos, así que miro hacía arriba donde se encontraba tu rostro, noto que tenías una leve sonrisa, mientras que él se daba cuenta de que se había quedado dormido sobre ti.

— Soñé que te ibas con un extra. — Aquello no te sorprendió del todo, conocías muy bien la sinceridad que tenía el rubio, y la manera tan sumaria que decía las cosas que pensaba.

— Si me fuese con un "extra", ¿Quién rayos le heredaría a mis hijos ese trasero que tienes? o esas curvas. — Bakugō no era mucho de reírse, pero sin dudas, aquello que dijo ___________ lo hizo soltar una pequeña carcajada ronca.

Ya era algo tarde, la sala común seguía vacía, agradecías que nadie los interrumpiera, en verdad te encantaba cuando tu explosivo se quedaba dormido sobre tus piernas, y su cabeza reposando sobre tu vientre, esas eran las únicas veces que admirabas tan detalladamente su rostro. Tomaste leventemente las manos de Bakugō, estas estaban tibias, mientras que las tuyas tenían una temperatura un poco más elevadas.

Katsuki disfruto el contacto de tus manos, inconscientemente se encontraba acariciando tus nudillos. Tu novio era como un pequeño niño que buscaba atención tuya a todo momento, no te molestaba al complacerlo con mimos, descubriste que amaba cuando acariciabas su rostro con las yemas de tus dedos, o incluso, acariciar su cabello de una manera tan delicada como lo hacías. Definitivamente sacaba suspiros cuando hacías eso.

Sentiste la mirada del ojirubí sobre ti.

— Escúchame atentamente ___________, quiero ser él único para ti. — Hizo una pequeña pausa bajando su mirada a sus manos entrelazadas, él quería admitirte con sus palabras lo tan feliz que lo hacías, te convertiste en su mundo entero, el problema era su manera tan sucinta de decirlo. — Tu eres la única para mi, y yo soy el único para ti. —

Asentiste con una sonrisa de oreja a oreja, tus mejillas estaban rosadas, sentiste tus ojos humedecerse, te parecía absurdo llorar frente a él por esas palabras, sin embargo, aquello te llegó hasta tu corazón. Tal vez para otros sonaría normal de una pareja, pero sabías lo que tu cenizo transmitía al decirlo, lo mucho que significabas para su vida.

El rubio se dio cuenta de tus ojos húmedos, alarmándose enseguida, creyó que había dicho algo mal.

¿Me mal interpreto? ¿Lo dije muy brusco? ... Por favor no llores....

Inmediatamente se acomodo de manera en que lo vieses directamente a los ojos, limpio tus húmedas mejillas dando un besito a cada zona que limpiaba, acerco tu rostro a su pecho, y te abrazo. Tal vez con acciones entenderías lo mucho que importas dentro de su vida.

— Estaremos juntos por siempre — Susurro Bakugō. Ahora tomaba tu frente para juntarla con la suya, ambos cerraron sus ojos tratando de disfrutar su momento, mientras que el cenizo acariciaba lentamente tu espalda.— De eso estoy más que seguro. — pensó.

[ Katsuki Bakugō One-Shot ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora