Capítulo 32

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Bella se encontraba hablando con Carrie acerca de los acontecimientos más importantes que había experimentado últimamente. Estaban sentadas en la terraza del jardín tomando el té, mientras que los Hamilton y el conde disfrutaban del clima templado de la mañana. Rara vez en Londres se podía apreciar un sol como aquel.

—De seguro tu doncella se olvidó de cerrar la ventana, creo que estas pensando mucho en ello. —dijo Isabella con suficiencia. Carrie le había relatado que se sentía extraña. Había despertado a mitad de la noche helada y con una sensación rara por todo el cuerpo. Sabía que era parte de su imaginación, pero no dejaba de pensar que alguien había estado en su habitación, observándola.

—Creo que alguien me persigue. —susurró asustada.

—Carrie, no seas tan dramática. Solo fue una pesadilla. —intentó calmarla.

—Tal vez... Anoche leí en el periódico sobre la muerte de lady Gaveston. Bella, alguien está acechando a mujeres de la nobleza. Todas las víctimas han sido aristócratas, es como si sus motivos fueran por odio o algo parecido. —Isabella la miró atónita. Debía considerarla una loca.

—Querida, voy a darte un consejo —dijo tomando su mano con cariño. —No vuelvas a leer esos artículos. Exageran todo en sus escritos para vender más y siento que no le guardan mucho respeto a las familias afectadas. Mejor dedicate a las novelas románticas, Carrie. Y por favor no menciones eso frente a mi padre. Sigue triste por la muerte de la hija de la condesa de Blair.

—De acuerdo —dijo para no molestar más a Isabella, no quería transmitirle el mismo sentimiento y alterarla como ella lo estaba. Luego tendría tiempo de aclarar todos sus argumentos en la soledad de su habitación, pero se iba a asegurar de dejar las ventanas y puertas con el cerrojo echado.

La plática siguió su curso. Bella le contó todo lo sucedido en la fiesta llevada a cabo en el hotel. Le relató cómo conoció a la familia del señor Belmond y a la amante de Darien Barwick, y su experiencia cenando con puros burgueses. Además, de que casi descubren su amistad con el conde de Dockery, y todo lo que este había hecho hasta el momento por ella y las razones de su admiración por él.

—¿En serio Christian tiene que ver en el arresto del señor Liverharm? —preguntó Carrie sorprendida.

—Por supuesto. Le hablé de lo que hizo ese hombre con nuestra fortuna y propiedades y Chris hizo lo posible por ponerlo tras las rejas. —había omitido su encuentro íntimo con Dockery, luego de pensarlo profundamente, se avergonzaba de tal escena, no quería que Carrie la amonestara por eso. Había actuado de una manera errónea.

—Siento que desde que volvió a Londres todo va viento en popa. Es bueno que encuentres otro apoyo en su amistad. Debe ser difícil que se haya ido a Manchester de un día para otro. No me dio la impresión de ser tan impulsivo con sus viajes. —comentó la rubia mientras le daba un mordisco a un pastelito de crema. Isabella tenía las palabras atravesadas en la garganta. ¿Debía decirle a su mejor amiga que el conde representaba mucho más para ella? ¿Que la razón por la que Chris se había ido, era en parte, para pensar lo que harían con su relación?

—Carrie...

—Sin embargo, voy a darte un consejo, Bella. —la interrumpió de pronto. —Tu esposo puede descubrir la relación que tienen y tal vez no le agrade. No entendería que se trata de una amistad. Si bien no me parece un hombre violento, temo por ti.

—Ya te lo dije. No creo que se preocupe por mi. Además, tiene una amante, estoy segura que la señorita Barrett es más que la hija de su socio. En este momento deben estar enrollados por ahí.

Huyendo de Barwick (COMPLETA) - Misterios de Londres IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora