Vagos recuerdos

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Me siento mareada, veo borroso y no recuerdo muy como llegué aquí, sólo se que estoy disfrutando de un maravilloso momento. Me encuentro sentada en una cama, mis piernas están abiertas enredando a la persona que esta sobre mi, sus labios sobre los míos no me besan tranquilamente, sino que lo hacen apasionadamente, con prisa y calor.

Pega su cuerpo contra el mío y puedo sentir el calor de su piel cubrir la mía, su piel desnuda es suave y agradable al tacto. Se separa un momento para dejarme respirar y deja un mechón de mi cabello tras mi oreja; en ese momento levanto la mirada, mis ojos intentan enfocar débilmente pero lo consigo.

¡NO PUEDE SER! por lo fornidos que son sus brazos juré que estaba con Reiner, pero esa mirada color azul grisáceo y se cabello tan oscuro no tienen nada que ver con la persona en quien pensaba.

-¿Levi?

Sacudo mi cabeza para entrar en razón sobre lo que está pasando, me siento confundida y mi cabeza da vueltas, me recargo en la pared y tallo mis ojos, al abrirlos lo veo frente a mi, pero no está desnudo y sostiene una taza de té, me mira serio y confundido.

-¿Que pasó?- pregunto confundida
-Eso me gustaría saber, te traje un té y me encuentro con que además de hacer sonidos raros, no traes blusa. 

Miro hacia abajo y me percato de que estoy en sujetador y ni si quiera tengo una explicación de dónde esta mi blusa, me siento muy avergonzada. El cubrir mi pecho con mis brazos no es suficiente, siento mis mejillas arder y casi quiero llorar de la vergüenza.

Tengo la mirada abajo y las mejillas ardiendo, lo peor es que con lo que estaba soñando, mis cachetes no son lo único caliente, quizá por eso me siento tan mal, mi ética profesional no me permite fantasear cosas así con mi compañero de trabajo; aunque debo de admitir nuevamente que no pensé que estaría con él.

Estoy tan inmersa en mis pensamientos que no me doy cuenta en qué momento Levi extendió una de sus playeras hacía mi. Es tipo polo en color gris, la tela es ligera y fresca.

Puede parecer algo sin importancia y que el momento amerita, pero es un gesto bastante tierno a decir verdad. Otro en su lugar habría buscado mi propia ropa y no se molestaría en ofrecerme la suya.

Después de ponérmela noto el agradable aroma de Levi, no es a limpio ni muy fuerte, es simplemente suave, agradable y adictivo.

-Vístete, toma el té que te traje y al salir ve a mi despacho. Se encuentra justo en frente de esta habitación al rodear las escaleras.

Sin más sale del cuarto dejándome a solas. Me tiro en la cama mientras presiono su playera contra mi cara, me siento frustrada por la situación; juraría que no fue un sueño, que Levi realmente estaba sobre mi, besándome apasionadamente mientras yo solo disfrutaba.

Suelto la playera y me la acomodo bien, tomo tranquilamente el té y antes de salir busco mi blusa por el cuarto; rodear la grande cama me lleva un rato y aún así no la encuentro, me coloco en cunclillas y me asomo debajo de la cama, solo miro una gran caja negra, pero no hay rastros de la prenda que estoy buscando.

Después de recibir aprobación de entrar al despacho inmediatamente me atacan dos indicaciones.

-En el piso de abajo estará una señora de limpieza, ella te ayudará para que te cambies y lavará tu ropa, después vuelves acá, necesito platicar seriamente contigo.

Me siento muy nerviosa por el tono en su voz, no es serio como normalmente, es más frío y casi estoy segura de que se siente la molestia. Levi nunca ha estado molesto conmigo, si bien el trabajo nos ha frustrado mucho al grado de que mi compañero se queda unos minutos sin decir absolutamente nada para relajarse y que he cometido errores al trabajar, e incluso esta última vez que no se presentó a trabajar no se molestó conmigo. Aún no sé que pasaría por su cabeza, pero pese haberme tratado mal en esa ocasión, no estaba enojado como ahora.

Más que un socio (Levi y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora