Consuelo

11 1 0
                                    

Lloraba y lloraba, mi mente se encontraba hecha un caos, los pensamientos no se aclaraban y tampoco conseguí ordenarlos por mi cuenta, sentía una punzada en el pecho y estoy segura que la expresión de mi rostro debió ser la más patética que he tenido en mi vida.

Mis ojos se encontraban rojos e hinchados, las lágrimas caían sin parar y sollozaba tan fuerte que si no fuese por vivir en el último piso y estar hasta la habitación del fondo, seguramente todos se enterarían de mi dolor.

La cálida mano de mi adorado hermano acariciaba mi cabello, se encontraba sobre mi cama, sentado como si de cuclillas reposase mientras mi cabeza estaba sobre sus piernas.

A este punto ya había mojado su pantalón con mis lágrimas y me sentía verdaderamente apenada por ello, pero él se mantenía en silencio inundando con su presencia mi habitación y desapareciendo los escalofríos que recorrían mi cuerpo.

Podré enamorarme las veces que sean, y tener los brazos de quién sea alrededor mío, pero nunca nadie será tan reconfortante como mi hermano. Te amo, Armin.

Me levanté lentamente, aún suspiraba y sollozaba entre lágrimas pero estaba haciendo mi mejor esfuerzo por controlar mi respiración para poder hablar, es bastante difícil ser una persona que se guarda todos sus problemas para sí misma. Soy una simple bomba de tiempo que de tanto aguantar las pequeñeces que nunca dije, exploté.

Antes de poder hablar mi hermano me atrajo hacia su cuerpo y me abrazó con fuerza, correspondí a su abrazo y automáticamente mi cuerpo dejó de temblar, las lágrimas aún caían pero tan poco y tan lento que me comencé a sentir mejor, un simple abrazo de la persona correcta puede desaparecer el dolor.

-Te entiendo perfectamente hermanita, no sé que es lo que tengas para contarme pero algo si te puedo decir. -Armin separó nuestros cuerpos para verme de frente y directo a los ojos, sus bonitos ojos azules llenaron de calidez mi alma tan solo verlos. -Dicen que los gemelos pueden ser la copia idéntica uno del otro pero siempre tendrán personalidades distintas, creo que eso es en todos los tipos de hermanos, sin embargo, tu y yo físicamente no somos idénticos, aunque claro, si nos ven juntos no podemos negar el lazo sanguíneo que existe entre ambos, solo que tú siempre serás más bonita. Por otro lado, yo siempre he sido un poco más tímido y tú líder por naturaleza, algo de lo que carezco completamente, me siento completamente orgulloso de la mujer que tengo por hermana y de lo mucho que has logrado, pero algo tienen estos dichos que es muy cierto y es que los gemelos pueden percibirse el uno al otro, no sabes lo mucho que me duele cuando en ocasiones siento que algo no está bien contigo, aunque sinceramente me duele más el hecho de que no me cuentes lo que te sucede. De igual manera me disculpo, sé que seguramente te pasa lo mismo y yo al igual no te cuento mis pesares.

Mi hermano suspiró, guardó silencio un momento y tomo mis manos.

-Prometeme que a partir de ahora, nos contaremos absolutamente todo lo malo, de lo contrario, no sabremos cómo ayudarnos mutuamente y no quiero eso, quiero saber que hacer si mi hermana se siente mal.

No sabía que decir, estaba inmóvil en mi lugar, mirando la hermosa sonrisa de Armin, sabía que me hablaba desde su corazón.

Me limité a asentir con la cabeza y buscar las palabras correctas para comenzar a hablar. En estas situaciones mi mente se vacía y suelo estar en silencio mucho tiempo mientras mi mente máquina lo que debería hacer con mucho cuidado.

Debieron pasar al menos cinco minutos mientras pensaba en silencio, tal vez mas.

-Armin, yo... Prometo que te contaré todo lo que me pase a partir de ahora, y también voy a contarte lo que ha pasado anteriormente. Te agradezco mucho por tus palabras y debo decir, que te necesito de la misma manera, gracias por ser mi hermano.

Más que un socio (Levi y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora