Era una chica prometedora (o al menos eso decían)
Era una chica que luchaba contra todo lo que se le ponía delante (o al menos al principio)
Era una chica que no le tenía miedo a nada (o al menos hasta que conoció la oscuridad)
Era una chica poderosa (o al menos hasta que encontró su kriptonita)
Era una chica amable y agradable (o al menos así se comportaba con todos)
Era una chica trabajadora (o al menos hasta que su cama no la dejó salir)
Era una chica muy habladora (o al menos antes de que su mente hablara más que ella)
Era una chica muy alegre (o al menos hasta que esa sonrisa no volvió a salir)
Era una chica que amaba a los que la amaban (o al menos hasta que pensó que podría hacerles daño a todos)
Era una chica con ganas de vivir (o al menos hasta que pensó que ya no había razón para ello)
Esa chica siempre creció escuchando que era la mejor, que siempre conseguiría lo que se propusiera, que nunca se rindiera, que era fuerte, que podía contra el mundo, que no se dejara pisar por nadie, que haría grandes cosas... Esa chica es la que veo cada mañana en el espejo ¿cómo puedo hacerle esto? alguien tan lleno de esperanzas y de sueños, que a confiado en todas esas palabras que solo son ánimos vacíos...
Querido reflejo o querida yo de otro mundo:
Siento decirte esto pero nunca serás lo que esperan que seas. Nunca serás lo que quieres en ninguno de los ámbitos... de verdad que me duele decírtelo pero prefiero que lo sepas por alguien de confianza, antes que te des la ostia tu sola...
Supongo que esto es un final de la esperanza.
Nunca voy a ser yo...
