Aún tu gorro sigue oliendo a ti.
Huele a esos casi 6 cigarrillos que fumabas cada día.
A esos abrazos en los que me ponía de puntillas.
Y esas sonrisas tan sinceras que ponias.
Tu gorro
Aún tu gorro sigue oliendo a ti.
Huele a esos casi 6 cigarrillos que fumabas cada día.
A esos abrazos en los que me ponía de puntillas.
Y esas sonrisas tan sinceras que ponias.