ÉL: Me prometiste que nunca más volverías a fumar ni a cortarte.
ELLA: Tu me prometiste que siempre estarías conmigo, que nunca me abandonarías como lo hicieron ellos y que siempre podría contar contigo... Ahora dime, si tu no cumpliste tus promesas, ¿por qué debería de hacerlo yo?
