7 - Detesto que aparezca siempre que lo necesito

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Taeyong empezó. Según él, fue una patada accidental, pero aun así se la devolvería, yo siempre debía tener la última palabra... o golpe. El "accidente" desencadenó una guerra debajo de la mesa que ninguno estaba dispuesto a frenar.

—Ya basta, necesito que me den su atención. —Jaehyun elevó su voz, y todos lo observamos. Finalmente la guerra de patadas llegó a su fin—. Nos reunimos por pedido de Taeyong, ¿verdad? Ahora, ¿por qué?

—Bien, falta poco para mi cumpleaños.

—Faltan dos meses —le corregí, seguido de otra patada.

—Es poco tiempo. Mis padres estarán de viaje así que voy a hacer una fiesta en mi casa. Sé que queda lejos, pero espero que al menos ustedes estén ahí.

No era necesario confirmar mi asistencia, era obvio que iba a estar presente. Pero todas las miradas frenaron en Yuta que, al girarme a verlo, tenía su atención en el teléfono. Johnny lo empujó, haciendo que Yuta elevara la mirada y pasara por todos antes de volver al teléfono y hablar.

—Intentaré, pero sabes que voy a aburrirme.

—¿Estás diciendo que mi cumpleaños será aburrido?

—Estoy diciendo que va a estar lleno de gente desconocida y estúpida, y no va a ser una linda reunión de amigos. No necesitas mantener tu reputación de chico popular, puedes hacer lo que quieras, no necesitas que los desconocidos que solo sirven para juzgarte estén contentos y te acepten.

Si pudiera matar a alguien sin terminar en la cárcel, ya tendría mi primera víctima. Las palabras de Yuta estaban cargadas de verdad, pero también mucha dureza. Taeyong no se merecía ese trato, él se estaba esforzando por dejar la opinión de los demás lejos de sus decisiones.

—Yo me aseguraré de que esté ahí —le sonreí a Taeyong con la esperanza de que no le afectara tanto lo que acababa de escuchar.

—¿Y en qué podemos ayudarte? —Johnny distrajo el tema y volvimos a concentrarnos en lo importante.

...

Taeyong fue el primero en irse, debía ir con su hermano y —según Johnny— comprobar que estuviera vivo y con la habitación limpia. Johnny intentaba hacer entrar en razón a Yuta mientras yo me mantenía en silencio, expectante de la situación. Pero me preocupaba lo que Jaehyun pudiera sentir con toda esta información.

—Sí, tienes razón, pero no deberías ser tan directo —bufó Johnny.

—Si no se lo digo a la cara, no lo entiende —Yuta contestó. Estaban casi hablando a los gritos. Debía intentar calmar el ambiente antes de que sea muy tarde—. A veces pienso que incluso duda de nuestra amistad. No parece confiar en nosotros, y en ocasiones nos deja por salir con sus otros "amigos" que, cuando tienen algo mejor que hacer o suficiente dinero, lo olvidan. Toda su vida se basa en una mentira para el resto de la gente.

—Yuta, tranquilízate —era el momento perfecto para calmar la tormenta—. Tae lo sabe, siempre lo supo. Pero no hace mucho entendió realmente lo que sucedía y está dando pasos poco a poco. Sabes que en el verano, luego de terminar con Baek, comenzó a bailar. Siempre quiso hacerlo, lo hacía escondido en su casa —una risa dolorosa se escapó de mi garganta al recordar el terror que apareció en su rostro la vez que lo descubrí bailando—, pero nunca se animó por el qué dirán. Ahora lo hace, y le da igual si lo ven entrando o saliendo de la academia. Es difícil, pero hay que apoyarlo y animarlo en los pequeños pasos que da.

Johnny me dio la razón, mientras Yuta bajaba la mirada como un niño castigado. Observé a Jaehyun de reojo, parecía pensativo, pero su actitud no era de disgusto o desaprobación y eso me tranquilizaba un poco. Incluso parecía comprender la situación.

Mi Salvación (#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora