1 - Detesto su inocencia

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Desde aquel día, pasábamos nuestros ratos libres juntos en mi habitación. Antes parecía no querer entrar a la mía, ahora apenas iba a su propia habitación. No me quejaba, en absoluto. Su compañía era muy útil para ignorar mi aún dolido corazón.

No debía ocultar la herida, debía intentar sanarla, pero eso era mucho más difícil de lo que quería admitir. Y la amistad y compañía de Jungwoo parecía calmar el dolor. Pero por supuesto, no podíamos estar todo el tiempo juntos. Durante las clases, me concentraba por completo en los profesores; mientras Jungwoo tenía clases o se reunía a estudiar con sus amigos, daba toda mi atención a los trabajos. Y el resto del día Jungwoo era mi sostén, incluso dormíamos en mi habitación, aprovechando que mi cama era lo suficientemente ancha para la comodidad de ambos.

Pero había noches en las que él regresaba a su habitación, o tardes en las que ya no tenía trabajos por hacer y ni Jungwoo ni mis otros amigos estaban disponibles. Y en esos momentos recordaba que tenía un corazón que necesitaba llorar. Sobre todo por las noches, cuando el absoluto silencio reinaba en todo el campus, sin sonidos del exterior del edificio o gente caminando por los pasillos que pudiera interrumpir mis oscuros pensamientos.

—¡Nos vemos en clase! —sonrió Ten antes de alejarse y tomé el camino hacia mi edificio.

Compartíamos una sola clase durante este semestre y tal vez sería la última en común, aún así nos juntábamos a hacer los trabajos y estudiar como se había hecho costumbre desde que nos conocimos el primer día de universidad.

Ignoré mi teléfono que vibraba indicándome la llegada de algunos mensajes cuando Johnny se cruzó en mi camino. Simplemente me saludó y me preguntó cómo estaba con su habitual amabilidad. Sus ojos me estudiaban y estaba seguro que su preocupación provenía de mi ruptura. Sé que era difícil para él, sobre todo siendo amigo también de Jaehyun.

—¿Estás molesto con Taeyong?

—¿Por qué lo estaría? —su pregunta me confundió un poco.

—Está preocupado por ti, dice que hace días que no hablan.

—Anoche fue la última vez que conversamos, es un exagerado —tomé mi teléfono y vi tres mensajes de Taeyong. Estaba tan concentrado en ignorar todo lo demás que no había notado su nombre—. Le hablaré más tarde.

—Taeyong sospecha que algo te ocurre, ¿piensas guardarte tu dolor todo el tiempo?

—Ya lo saben demasiadas personas. Además, estoy bien. Deberían dejar de preocuparse tanto por mí, ¿por qué no te buscas a alguien más donde dejar tu atención? Puedo presentarte a alguien, acabo de pasar toda la tarde estudiando con él.

—No, estoy bien —sonrió, y distinguí el cansancio en sus ojos— estoy demasiado enfocado en mis clases, no podría darle la atención que merece a nadie.

—Como quieras, pero si cambias de parecer, solo debes decirme, harían una linda pareja.

Sin más distracciones, nos despedimos y regresé a mi habitación. Fue un alivio —y una sorpresa— encontrar a Jungwoo jugando con su teléfono en mi cama. En cuanto crucé la puerta, se levantó de un salto y se acercó a recibirme con una sonrisa. Definitivamente parecía un cachorrito.

—Me alegra verte aquí, pero ¿no tenías clases?

—El profesor enfermó así que nos dieron el día libre.

—Espero que no te hayas escapado solo para estar aquí —aunque lo agradecía. Colgué mi mochila en el gancho de la pared y tomé asiento mientras Jungwoo colocaba dos cafés y algunos pasteles sobre la mesa.

—Por supuesto que no, soy un chico responsable.

Comenzamos a comer mientras Jungwoo me narraba su día. Luego, preguntó por mis clases, por mi reunión con Ten y le hablé también de la charla con Johnny. Entonces recordé que debía contestar los mensajes de Taeyong y eso hice. Pero no tuve otra opción que ver los demás mensajes.

—¿Estás bien? Te ves un poco confundido.

—Es solo que... —alcé la mirada, encontrándome con los brillantes y preocupados ojos de mi amigo. Definitivamente, este mundo no lo merece—. Recibí varias llamadas de mis padres durante el día. No son tantas, y tampoco me hicieron una llamada tras otra, así que no era una emergencia. Aun así, son demasiadas llamadas y acabo de ver algunos mensajes diciendo que me comunicara con ellos en cuanto tuviera un rato libre.

—Deberías llamarlos, tal vez ocurrió algo, no tan grave, pero te necesitan.

Simplemente asentí y me dirigí hacia mi cama, para tener un poco de privacidad. No estaba seguro sobre a quién debía llamar primero, no sabía quién me daba más miedo si estaban enojados. Pero la última llamada era de mi madre, así que fue a ella a quien marqué. Y ni siquiera llegó a sonar el primer tono cuando contestó.

¿Bebé? Creí que no llamarías —suspiré e ignoré ese apodo.

—¿Está todo bien? No tuve tiempo de llamarte antes y me preocupé por la insistencia de ambos.

No ocurrió nada malo, pero necesitamos explicaciones. —Una corriente helada recorrió mi espalda, ¿explicaciones de qué? Había tantas cosas que se cruzaban en mi cabeza, pero las siguientes palabras estaban más allá de mi imaginación—. ¿Cómo es que tienes novio y no nos lo has dicho?

—¿Perdón? —fue lo único que pude pronunciar después de varios segundos. ¿De qué estaba hablando?

Sí, te perdonamos, pero deberías traerlo a casa y presentarlo.

—No, espera, creo que hay una confusión.

No necesitas avergonzarte por esto, bebé. Sabemos que has tenido varias parejas pero no quieres presentarnos a ninguna. Tu padre dice que lo traigas este sábado a almorzar.

—Pero, mamá, escucha...

No, no lo haré. Intentarás convencerme de que es un malentendido o que este fin de semana no pueden, pero los estaremos esperando. Adiós.

El silencio absoluto en mi oído se sentía casi tan vacío como mi cerebro en ese instante. Regresé a la mesa junto a Jungwoo que me miraba con confusión. Cómo no hacerlo si aun observaba mi teléfono, incrédulo.

—¿Bebé? —Entonces reaccioné, dejando el teléfono a un lado— ¿Está todo bien?

—Mi madre cree que tengo novio y quiere que lo lleve a casa.

—¿Por qué cree algo así?

—No lo sé, con Jaehyun terminé meses antes del último semestre y no hay nadie que pudiera comentarlo con mis padres. No los veo desde que comenzó el nuevo semestre, así que es imposible que pudieran notar algo en mí que les haya dado esa tonta idea.

—¿Y qué harás?

—Quieren que lleve a mi "novio" el sábado para almorzar, antes no querrán escucharme. Así que ese día me presentaré solo y les preguntaré cómo se les ocurrió esa tontería. Aunque estoy seguro que no me dejarán en paz hasta que les presente a alguien.

—¿Y por qué no lo haces?

—¿Hacer qué?

—Presentarles a alguien.

—Oh, claro, saldré a preguntar a la gente quién quiere ser mi novio por un día.

—No necesitas preguntar, puedo ser tu novio si lo necesitas —Observé a Jungwoo, esperando que se riera y dijera que era una broma, pero al ver la seguridad en su rostro, un leve pinchazo se instaló en mi pecho y reí con fuerza, intentando desviar la atención.

—Claro que no, eres mi amigo.

—¿Por qué no? Soy perfecto para esto, no conozco a tus padres o tu hermano, así que será fácil. ¿O, en realidad, no me ves como una posible pareja?

Mi pierna se movía nerviosa, y me contuve para no morder mis uñas. No sabía qué era peor, ver la desilusión en los ojos de Jungwoo o los extraños sentimientos que revolvían mi estómago.

—No tengo a nadie a mi lado, no soy feliz como ellos piensan, y deberían saber la verdad.

Tomé mi teléfono y me arrojé en la cama, dando por terminada la conversación.

Mi Salvación (#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora