9 - Detesto que nos vean como pareja

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Durante días me escabullí en la casa de Taeyong y pasaba todas las tardes con él, su hermano y Hendery. Nos ocupamos de la decoración de la casa, la organización de la comida, contratar un barista, la música, las invitaciones y tantas cosas más que, cuando Xiaojun me llamó aparte para hablar del pastel, no me sorprendí de que Tae y yo lo hayamos olvidado.

Estaba tan enfocado en la fiesta que había olvidado por completo el sentimiento de pesar que sentía cuando pensaba en Jungwoo, hasta que Taeyong me lo mencionó.

—¿Qué ocurre con él? —contesté, dando mi atención al trabajo de decoración e intentando disimular el nudo que se formaba en mi garganta.

—Vendrá a la fiesta, ¿verdad?

—Tal vez aparezca con su hermano.

—¿Ustedes están peleados?

Terminé con lo que estaba y me giré hacia él, que descansaba tranquilamente en un sillón.

—Ocurrió algo el día que compramos todo, ¿verdad? ¿No quieres decirme? —me observó con esos ojitos de bebé y haciendo un tierno puchero, pero por suerte ya era inmune a ese rostro.

—No hay nada que decir —tomé la siguiente guirnalda y continué con mi trabajo, dándole la espalda a Tae.

—Yo tengo algo que decir —su risita me dio un poco de miedo, sería alguna tontería—. Se ven muy bien juntos, yo los shippeo.

Mi rostro quemaba horrores, pero por suerte Taeyong no podía verme. Respiré profundo para controlar mi corazón alterado y cuando me sentí un poco más fresco, me giré hacia él.

—¿Y sabes con quién te shippeo yo a ti? —Taeyong negó, su sonrisa esperaba expectante mis palabras—. Con mi puño. Voy a golpearte si sigues diciendo esas tonterías.

—Creí que la dulzura de Jungwoo había controlado un poco tu agresividad —se lanzó hacia un lado, quedando totalmente acostado sobre el sillón—. ¿No hay nadie con quien haga buena pareja? Que no sea tu puño.

—¿A quién te hubiera gustado que mencionara? —murmuré, sentándome en el suelo a su lado. Su carita triste logró ablandar mi corazón y mi actitud.

—Estoy seguro de que sabes quién. No lo he visto mucho últimamente, ni he hablado con él.

—¿Qué te volvió tan tímido? —los ojitos de Tae me observaron, pero no había señal de que contestara mi pregunta—. ¿Por qué no pides su ayuda el día de la fiesta? Tu hermano, Hendery y yo vendremos a la hora acordada en la invitación. Podrán estar solos un rato.

Taeyong aceptó con emoción y volvimos al trabajo, pero sus palabras seguían dando vueltas en mi cabeza: "Se ven muy bien juntos". Hacía una revolución en mi pecho que aun me sorprendía de sentir. Fue muy difícil, pero los últimos días antes de la fiesta, juntaba el valor suficiente para acercarme y disculparme, pero Jungwoo se escapaba y solo lo hacía más complicado.

Entonces decidí concentrarme en lo que había prometido a Taeyong y llevar a Yuta a su fiesta. El japonés parecía dar un poco menos de resistencia cuando me aparecí en su habitación para que se vistiera, al parecer Taeyong lo había convencido de alguna manera. Camino hacia la salida del campus, nos encontramos a Xiaojun y Hendery y fuimos juntos hacia su casa.

Taeyong nos recibió con una sonrisa, intentando disimular su mirada perdida por el alcohol. Le devolví el gesto fingiendo ignorar su estado, pero lo que realmente me distrajo fue sentir el brazo de Yuta rodear mis hombros. Lo observé algo confundido, pero él simplemente me arrastró hacia unos sillones.

El lugar comenzó a llenarse poco a poco y me era inevitable buscar a Jungwoo con la mirada.

—Taeyong estaba más ebrio de lo que esperaba.

Mi Salvación (#4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora