⩩ Chapter Seven [2].

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Beomgyu se puso una camisa negra, junto con unos jeans ajustados del mismo color. Estaba lo suficientemente seguro como para decir que esa ropa le hacía lucir sexy como el carajo. Se posicionó frente al espejo y desordenó un poco su cabello castaño, dándole un aspecto relajado. Por último, le dio un rápido vistazo a su reflejo confirmando que su culo se veía comestible, y sonrió en apreciación. Estaba oficialmente listo para ir al club y anotar algún bombón desamparado.

Echó un vistazo a su teléfono y, por un segundo, consideró escribirle a Rebel para ver qué hacía un viernes por la noche. Probablemente algo épico. ¿Tal vez una orgía de estrellas porno fuera de cámara? O era posible que llevara una vida totalmente normal cuando no estaba follando como si fuese un deporte. Tal vez los viernes por la noche, Rebel era sólo Yeonjun, sentado en el sofá, viendo su programa favorito en Netflix. Beomgyu se preguntaba cuál era su programa favorito, y también qué aspecto tendría en el sofá con sólo su ropa interior.

Casi pudo imaginarlo. Sus tonificados músculos a la vista, sus mechones azabaches un tanto largos sujetados fuera de su rostro, su mano casualmente en la parte delantera de sus bóxers de color negro...

El castaño sacudió el pensamiento fuera de su mente y guardó el celular en su bolsillo. No necesitaba llamar a Rebel. Si el pelinegro quería volver a enrollarse con él, bien podía mandarle un mensaje o llamarle. Y si no lo hacía, había un millón de otros chicos dispuestos en el mundo a pasar una noche con él, aunque aún no lo supieran.

Beomgyu llegó en Uber a Bottoms Up, el club nocturno gay más cercano, y evitó la larga fila gracias a la cercana y personal relación que tenía con el portero.

El fuerte pulso de la música del club resonaba en su pecho mientras hacía su camino a la barra por una bebida.

—Hola, bebé. No te he visto aquí en un tiempo —El camarero, estaba bastante seguro de que su nombre era Minho, lo saludó con una sonrisa coqueta.

El castaño le devolvió la sonrisa, pero no le ofreció una explicación. El chico se lo había tomado bien cuando le dio un gentil "hasta aquí" después de que se enrollaran hacía unos meses atrás, así que no iba a insultarlo dándole una excusa poco convincente. Evitaba el club las noches que sabía que Minho estaría ahí para asegurarse de que él no esperara que se volviera a repetir.

No es que no le gustara repetirlo de vez en cuando. Podía ser divertido conocer un poco el cuerpo de alguien. Pero poca gente era capaz de follar con la misma persona de forma regular sin desarrollar sentimientos. Minho había sido divertido, y a Beomgyu no le habría importado una segunda vez, pero el chico también era algo dulce y de ojos estrellados, y eso era peligroso.

—¿Me das un ron con coca, por favor?

—Claro que sí.

Con la bebida en mano, se dio la vuelta y miró a la multitud, buscando a alguien que pudiese interesarle por la noche.

Y luego sus ojos se detuvieron en una persona que realmente le llamaba la atención.

Trató de luchar en contra de la sonrisa en sus labios y falló mientras le daba un trago a su bebida e intentaba que los latidos de su corazón permanecieran en calma.

Giró sus hombros y agregó una fanfarronería extra a su paso a medida que se acercaba al grupo de hombres tan hermosos que deberían ser ilegales.

En su mente, estaba tratando de decidir cómo jugar a esto. ¿Debería quedarse cerca de ellos y esperar a que él le notase? ¿O podía ir por el camino directo y salir a saludarlo? La decisión se tomó por él en cuestión de segundos mientras Rebel giraba su cabeza y sus miradas se encontraban. El pelinegro sonrió instantáneamente, sus ojos negros se iluminaron en reconocimiento.

—¡Hey, es el chico plátano! —gritó por encima de la música del club y el paso de Beomgyu se tambaleó.

Su bendito crush acababa de llamarle chico plátano frente a un montón de otras estrellas porno. Esto no era real, ¿verdad? ¿Era uno de esos sueños incómodos de desnudez en clase? Porque él realmente había esperado poder ser genial al menos unos segundos.

—¿El chico plátano? —preguntó el hombre al lado de Rebel.

Incluso en las luces intermitentes del club, el castaño lo reconoció al instante. Sexy, juguetón y coqueto Brewer. Era apetitoso con su pelo rojo y sus brazos cubiertos de tatuajes. Era el tipo de persona del que se podía ver en sus escenas que realmente se estaba divirtiendo.

—No puedo creer que no les contara, hombres; este chico apareció en mi casa con un traje de plátano el otro día —explicó el azabache, y todos empezaron a reír.

Por supuesto que sólo iba a contar la parte vergonzosa de la historia, no la parte en que el castaño le había chupado la polla... Dos veces. Con toda honestidad, Beomgyu se había imaginado este momento muchas veces, rodeado de toda la tripulación de Ballsy Boys, y ni una sola vez se imaginó que se estarían riendo de él... O que todos estarían completamente vestidos.

Como nada salió como él esperaba, lentamente comenzó a retroceder, mientras parte de su dignidad seguía intacta. Pero sólo logró dar unos pasos antes de que Rebel le tomase del brazo y le atrajera contra su costado.

—Lo siento, no quería avergonzarte. Me sorprendió verte. Y tienes que admitir que fue muy gracioso que estuvieras vestido como un plátano cuando viniste a mi casa —dijo el pelinegro cerca de su oído, su aliento caliente cosquilleando en el cuello de Beomgyu y haciéndole temblar.

—Al menos podrías haberles dicho lo bueno que soy chupando pollas — bromeó.

Rebel se encogió de hombros y luego miró de vuelta a todos sus amigos— . También debería mencionar que este chico da buenas mamadas.

—¿Mejor que yo? —preguntó Brewer con fingida indignación.

Rebel observó entre el otro actor y Beomgyu con una mirada de contemplación—. Sí, mejor que tú. Lo siento, hombre.

El castaño sabía que probablemente estaba siendo amable, pero aun así se sintió orgulloso. Miró a los demás y pudo captar a Tank girando los ojos en dirección de Brewer, y de pronto se le ocurrió que de todos los chicos allí, Tank y Brewer eran los únicos dos que nunca había visto en una escena juntos.

Beomgyu también observó a Pixie a un lado hablando con Campy, que parecía un poco menos cómodo en el club que los demás. Y luego vio a uno de los nuevos Ballsy Boys, Heart.

—Oh Dios mío, te mereces una medalla por las épicas embestidas que recibiste en esa nueva escena DP de dos chicos tan grandes como Tank y Campy, muy respetuoso —le halagó con una sonrisa sin poder evitarlo.

Heart pareció sorprendido por los elogios del castaño, y Choi se dio cuenta de que podía ser de mala forma alocarse sobre las estrellas porno.

—Eh, gracias. Lo siento, todo esto es bastante nuevo. Es un poco raro tener a alguien hablando sobre verme ser follado.

—Lo siento, no quise hacerlo raro.

—En absoluto, es bastante genial, y me alegro de que lo hayas disfrutado. Tienes razón, Tank en particular no es una broma.

—Aw, no dejes que este gran oso te engañe —Brewer dijo en voz aguda, acercándose a Tank y acariciando su pecho—. Sólo tienes que saber la manera correcta de acariciarlo para que no se ponga gruñón.

En señal, un ruido sordo salió del pecho de Tank, pero por la mirada mortal que le estaba dando a Brewer, Choi no creía que le divirtiera la situación.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no soy uno de tus juguetes, y no me toques? —Tank dijo entre dientes, quitándose a Brewer de encima.

Para la sorpresa de Beomgyu, el de cabellos rojos no parecía nada desanimado por las represalias de Tank.

—Mi oso gruñón sólo necesita un buen abrazo, ¿no es así? —Brewer se acarició la cabeza contra el bíceps del chico, mientras el contrario liberaba un suspiro frustrado.

—¿Quieres bailar? —preguntó el pelinegro antes de que Beomgyu pudiese ver si Tank iba a aplastar a Brewer con su puño o no.

—Claro.

연규: STAY BY ME. ❝cyj ~ cbg❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora