⩩ Chapter Seven [1].

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Beomgyu todavía no podía creer que le hubiera chupado la polla al Ballsy Boys Rebel.

Es más, parecía que el pelinegro estaría dispuesto a volver a pasar el rato juntos siempre y cuando Choi pudiera mantener las cosas casuales. Bueno, hola, casual era su segundo nombre.

Estaba jodidamente volando esa mañana a pesar de su falta de sueño y sus ardientes ojos. No pudo dormir la noche anterior porque había sido golpeado por una gran inspiración. Se refería a una idea de un millón de dólares para un juego, y no podía permitirse cerrar los ojos hasta que tuviera todos los detalles martillados y anotados para no olvidarlos luego.

Entró en la cafetería de camino a su clase matutina y gimió de frustración ante la larga fila de estudiantes de ojos borrosos esperando su propia dosis de cafeína. Revisó la hora en su teléfono y decidió que valdrá la pena llegar unos minutos tarde a su primer turno si eso significaba tomar café. Sin mencionar que tenía un trabajo que hacer. ¿Por qué no matar dos pájaros de un tiro?

Volvió a meter su celular en el bolsillo, resistiendo el impulso de escribirle a Rebel. No es que le gustara ni nada por el estilo. Solo era la novedad de la cosa. ¿Con qué frecuencia tenías el número de teléfono de una estrella porno a la que podías enviarle un mensaje si quisieras? No iba a abusar de él ni nada, pero era jodidamente genial.

Tal vez fuera al club este fin de semana y buscara carne fresca. Siempre disfrutaba de un pasivo mandón o de una mamada en el baño. Era joven, sexy, y le encantaba follar, y no iba a disculparse con nadie por eso.

—Hey, Beomgyu —Una voz familiar le sacó de sus pensamientos, y miró por encima de su hombro para ver a un chico de cabellos rubios con el que compartía muchas de sus clases. También se especializaba en programación de computadoras, ¿y creía que se llama Jeno? ¿Jaemin? Algo con una "J", estaba bastante seguro. Lo triste era que este probablemente había sido el chico con el que más había hablado en los últimos dos años.

—Hey, hombre.

—¡Jimin! —llamó otro tipo desde el otro lado de la cafetería. Jimin, eso era.

—¿El semestre empieza bien? —preguntó el castaño, porque si iban a estar en la fila, también podrían tener una pequeña charla.

—Sí —sonrió y miró nerviosamente al hombre que acaba de decir su nombre—. Ese es mi novio, Tony, así que mejor me voy.

—¿Oh? —Beomgyu buscó en su memoria cualquier mención previa del aparente novio de Jimin... O el hecho de que el rubio fuera gay. Debió haberlo mencionado, ¿verdad? Porque estaba admitiendo esto ahora como si él debiera saber de qué estaba hablando.

Se sorprendió de que no se le hubiera quedado grabado en la cabeza que Jimin era gay, porque en realidad el chico era muy guapo con unas cuantas pecas casi invisibles en la nariz y unos ojos verdes claros escondidos detrás de unas gafas de marco grueso. Su pelo rubio era un lío de rizos en la parte superior de su cabeza, y sus labios eran rosados, gruesos y acogedores. Era totalmente un lindo nerd al máximo. Pero era obvio que decía en serio lo de su novio, así que por eso debió haber archivado esa información en su mente de manera irrelevante.

Jimin se apresuró a acercarse a su novio, que parecía tener algún tipo de problema en el culo ya que estaba frunciendo el ceño y tomando posición antes de que el rubio llegase a él.

—¿Quién coño es ese? —le preguntó Tony a Jimin lo suficientemente fuerte para que cualquiera en la cafetería lo hubiese escuchado, pero Beomgyu hizo lo mejor que puedo para ignorarlo.

—Un amigo de algunas de mis clases —respondió el rubiecito en un tono más callado.

El otro hombre resopló y algo sobre el sonido condescendiente hizo que los puños de Choi se apretaran. No conocía a ese tipo, pero claramente era un gilipollas de primera clase.

—Supongo que no debería preocuparme de todos modos, no es como que cualquier otro querría aguantar tu culo socialmente incómodo. Sabes, sería bueno si por una vez pudiera llevarte a algún lugar con mis amigos sin que seas raro y callado —se quejó Tony.

—Perdón —murmuró Jimin, y sonó tan resignado que Beomgyu empezó a preguntarse si debería ir allí y decirle algo al tal Tony sobre lo imbécil que era.

—¿Perdón? Cierto. Ni siquiera sé por qué me molesto contigo. ¿Qué gano con eso? Sexo no, eso es seguro. No eres más que un dolor en el trasero, y me estoy cansando de cargar con tu peso muerto.

De acuerdo, eso fue todo.

El castaño se salió de la fila y se acercó a la mesa que Jimin y ese cabrón estaban compartiendo. Con una sonrisa entre dientes que honestamente era más un gruñido, golpeó sus manos contra la mesa y se inclinó cerca de Tony.

—Oye, cara de culo, tal vez quieras bajar la voz. No creo que toda la cafetería quiera oír lo poco que piensas de tu novio. Quien, por cierto, es un chico inteligente, guapo y amistoso que puede conseguirse a alguien cien veces mejor que tú.

Jimin jadeó, y la mandíbula y los hombros de Tony se tensaron. —¿Y quién coño te crees que eres? —gruñó el hombre.

—Soy amigo de Jimin. Y yo soy el chico por el que tendrás que pasar si planeas seguir hablándole así.

Tony se puso de pie, su silla raspando fuerte en el piso de baldosas, y toda la cafetería se volvió mortalmente silenciosa. Choi estaba seguro de que todo el mundo estaba esperando ver si iban a pelearse a puñetazos. El hecho de que todos los ojos estuviesen sobre ellos parecía registrarse con Tony porque miró a su alrededor y emitió un largo suspiro y luego se rió. Su mirada se fijó en Jimin, que parecía un ciervo en medio de una carretera.

—No vales la pena. Ha sido divertido, pero hemos terminado.

La cara del rubio palideció, y miró en silencio mientras Tony salía de la cafetería sin mirar hacia atrás.

—Mierda, lo siento. No quise... Joder, él estaba siendo tan malditamente cruel contigo —Beomgyu tartamudeó una disculpa a medias.

Jimin se mordió el labio inferior y asintió, sus ojos llenos de triste resignación.

—Dime qué puedo hacer para compensarte por esto —preguntó el castaño desesperadamente.

El otro chico sacudió la cabeza y luego se puso de pie, con el café en la mano.

—¿Qué clase tienes esta mañana? —preguntó.

El brusco comentario fuera de lugar desequilibró a Beomgyu. Iba a mencionar algo al respecto, pero una mirada a los ojos del rubio fue suficiente muestra de que Jimin estaba desesperadamente tratando de mantener la calma.

—Algoritmos y estudios de datos —respondió, sin hacer más comentarios sobre su estúpido novio... o ex-novio, según fuera el caso.

—Genial, yo también —dijo con un asentimiento—. Toma tu café, para que no lleguemos tarde.

La fila había disminuido, así que a Beomgyu sólo le llevó dos minutos pedir su café. Cuando atrapó el gafete de la barista mientras le daba su café, dibujó una sonrisa amistosa en su rostro y se inclinó un poco sobre el mostrador para no avergonzarla diciéndolo lo suficientemente fuerte para que otros lo escucharan.

—Yeri, lo siento mucho, pero Sungjae quería que te dijera que se acabó.

La chica se veía conmocionada, su cara se cayó con decepción, y sus ojos comenzaron a brillar con lágrimas sin derramar.

—¿Quiere terminar?

—Sí. Y si me preguntas, puedes conseguir a alguien mejor que un imbécil que ni siquiera puede encararte para terminar.

Aparentemente, Beomgyu era el anti-cupido esta mañana.

연규: STAY BY ME. ❝cyj ~ cbg❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora