Yeonjun se dio cuenta de la mirada rápida que pasó entre sus padres.
Los dos tenían toda esa comunicación sin palabras como un arte.
Sólo amigos.
El pelinegro sabía lo que estaban pensando: No hay forma de que estos dos sean sólo amigos. Y tenían razón, porque no lo eran. Y hacía unas semanas, se hubiera molestado porque Beomgyu dijera algo como eso, probablemente, pero desde que le dijo que había estado en una casa de acogida, algo encajó. No le temía a los compromisos porque quería jugar en el campo o porque no estaba listo para establecerse o algo así.
Estaba asustado.
Tenía un miedo mortal de ser rechazado, otra vez. Y tenía sentido para él mantener a la gente a raya, porque si no dejaba entrar a nadie, no podrían hacerle daño. Choi lo entendía. Pero no significaba que tuviera que gustarle.
—Amigos con muchos beneficios especiales —dijo, guiñándole el ojo al castaño para asegurarse de que supiera que estaba bromeando.
—Oh, Dios —Doug dejó escapar un gimoteo lastimero—. Aquí vamos de nuevo con las referencias de sexo. ¿Es mucho pedir una comida sin hablar de sexo?
Yeji le envió una sonrisa cegadora—. Cuando volvamos a casa podemos hablar de tratamientos de conducto y extracciones de muelas del juicio, pero me gusta hablar de sexo, bebé.
El azabache sonrió. Doug era un buen hombre, pero era un poco seco y polvoriento. Todavía no estaba seguro de lo que su hermana, antes salvaje, veía en él, pero obviamente eran felices juntos. Aun así, Choi no podía evitar sacudir un poco su cadena.
—¿Qué quieres decir con sexo? No estaba hablando de sexo. Estaba hablando de él conectándome con algo de buena hierba.
—Y no olvides las salchichas —Beomgyu siguió el juego—. Le he presentado las mejores salchichas de la historia.
—Encontramos un nuevo proveedor aquí —dijo la mamá de Yeonjun, y su hijo estaba bastante seguro de que no se refería a las salchichas—. Un cultivo todo orgánico en casa de una operación familiar y es lo mejor.
Las cejas del castaño se elevaron.
«Sí, Gyu, mi mamá habla de hierba. Bienvenido a la loca realidad que es la casa de mis padres». Pensó Yeonjun con humor.
—Es verdad —añadió el señor Choi—. No agregan ningún aditivo, y lo hace tan puro. La mejor hierba que he probado.
Doug parecía que estaba a punto de golpear su cabeza contra la mesa, pero Yeji le dio una palmadita en el hombro.
—Es legal aquí, cariño.
—Como si eso los hubiera detenido —murmuró.
—Hizo maravillas con mi dolor durante todo el tratamiento contra el cáncer —musitó Sohee, su tono un poco más agudo ahora. A ella le gustaba Doug lo suficiente, pero no toleraba las críticas sobre las decisiones que ella y su esposo tomaban. Y con razón.
—Entonces, Gyu, ¿qué haces? —preguntó la hermana del pelinegro, como siempre destacando en disolver la tensión.
—Estoy trabajando en mi licenciatura en diseño de videojuegos.
Lo dijo como si esperara críticas por esa elección, pero eso no iba a pasar.
No en esa casa.
—¿Quieres desarrollar juegos como Call of Duty? —El papá de Yeonjun quiso saber.
Los ojos del castaño se abrieron un poco ante el interés.
El azabache no se sorprendió. Su padre era el mayor lector que había conocido, y leía libros sobre todos los temas conocidos por el hombre. Estaba seguro de que aunque nunca hubiese jugado un videojuego en su vida, podía decirle los nombres de al menos diez juegos populares. Diablos, su padre probablemente sabía más que él del tema.
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연규: STAY BY ME. ❝cyj ~ cbg❞
Roman d'amourNo es un secreto que cuando eres una estrella porno, las relaciones son malditamente difíciles. Choi Yeonjun lo sabe, trabaja para Ballsy Boys Studios y es uno de los chicos más populares en el mundo del porno. A él le gusta lo que hace y no se aver...