Beomgyu limpió su adolorido trasero cuidadosamente con un paño húmedo. Nunca le habían follado así en su vida. El tamaño masivo de Rebel habría sido suficiente por sí solo para infligir algo de dolor. Agregando la fuerza de la follada que le dio... Iba a estar sentado un poco torcido durante los próximos días.
Pero había valido la pena totalmente.
Se miró en el espejo y sonrió. Su cabello sobresalía en todas direcciones, y sus párpados tenían una caída satisfecha y somnolienta en ellos. Cualquiera que le mirase se daría cuenta de que acababa de ver a Dios, y resultaba que la puerta al cielo estaba entre las piernas de una estrella porno. ¿Quién lo diría?
Tiró el paño en la cesta de ropa cerca de la ducha y volvió a la habitación de Rebel. El azabache estaba tendido en su cama, se veía más sexy de lo que cualquier hombre tenía derecho. La luz de la luna filtrándose a través de las cortinas proyectaba sombras sobre su piel. Su largo cabello caía desordenado sobre su almohada, y la delgada sábana descansaba baja sobre sus caderas, el contorno de su polla todavía claramente visible debajo de ella.
Un pequeño escalofrío recorrió la columna vertebral de Beomgyu. No podía creer su suerte al azar de toparse con una estrella porno. Sin duda alguna, esta sería una de esas experiencias que recordaría cuando tuviese noventa años y estuviese en su lecho de muerte.
Los ojos de Rebel se abrieron y sonrió en su dirección.
—¿Tienes que irte ahora mismo o puedes quedarte un rato?
El castaño se frotó la mano en la nuca. Debería irse. Esto ya era territorio inexplorado para él. No solía hacer repeticiones. Por otro lado, el pelinegro era genial, aunque no estuviesen follando. ¿Con qué frecuencia sucedía eso? En su experiencia, nunca.
—¿No quieres quedarte? —preguntó, el más mínimo indicio de inseguridad en su tono.
—No, no es eso. No suelo tontear con nadie más de una vez, a veces dos como mucho. Y es un poco raro que de verdad quiera pasar el rato contigo. No estoy muy seguro de qué hacer con eso.
—Gyu, sé que sabes que soy una estrella porno. Sin ataduras es mi segundo nombre.
—Ves, ahora sé tu segundo nombre, esto se está volviendo demasiado serio —bromeó, y Rebel lanzó una almohada en su dirección. Beomgyu se quitó de en medio, y sin permitirse pensar demasiado, se metió a la cama con él.
El azabache abrió los brazos y Choi colocó su cabeza contra su bíceps. Le sorprendía que se sintiera algo... bien acurrucarse. Santa mierda, estaba acurrucándose con un chico después de que hubiesen tenido sexo. Ay, todo mal en esta situación. Por otro lado —como señaló Rebel— si un artista de la ruptura y fóbico del compromiso como él, y una estrella del porno no podían hacerlo casual, entonces, ¿quiénes podían?
—¿Es de mal gusto preguntar cómo te metiste en el porno? No es exactamente un trabajo con el que sueñas cuando tienes cinco años, ¿verdad? —preguntó el castaño riendo.
—Eso es verdad. Cuando tenía cinco años, quería ser Iron Man, así que las cosas han salido horriblemente mal —bromeó Rebel, y ambos comenzaron a reír—. Supongo que hacer porno es una de esas cosas que pasan cuando no prestas atención. Necesitaba dinero y me gusta el sexo, así que pensé que era fácil. Eso fue hace casi seis años, y hasta ahora me ha encantado cada maldito minuto.
—Eso tiene sentido. Pero, ¿estás feliz? ¿No eres como una trágica película de toda una vida esperando que pase o algo así?
—Claro que sí. Me pagan por follar. Estoy bastante seguro de que esa es la lotería de la vida. No estoy diciendo que voy a estar en el porno para siempre, pero no puedo ver dejar la industria por completo, tampoco. Supongo que sólo estoy viendo a dónde me lleva la vida.
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연규: STAY BY ME. ❝cyj ~ cbg❞
Lãng mạnNo es un secreto que cuando eres una estrella porno, las relaciones son malditamente difíciles. Choi Yeonjun lo sabe, trabaja para Ballsy Boys Studios y es uno de los chicos más populares en el mundo del porno. A él le gusta lo que hace y no se aver...