⩩ Chapter Eighteen [3].

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Beomgyu y Yeonjun subieron al escenario más cercano, e inmediatamente, tenían unas cuantas despedidas de soltera y una horda de hombres reunidos alrededor para verlos.

—Esto es un poco intimidante —le susurró a Rebel.

—Relájate y diviértete —sugirió el pelinegro mientras se sacaba la camisa por la cabeza y la lanzaba al público.

El castaño se encogió de hombros y siguió el ejemplo, y luego empezaron a bailar con la música. Con la sensación extraña, caliente y territorial que aún persistía en él, buscó a Rebel y empezó a frotarse como si estuviera reclamando algo frente a todo el club. Le pasó la lengua por el cuello, y escuchó una ovación entre la pequeña multitud que habían amontonado.

Las caderas de Rebel trabajaban en tiempo perfecto con el ritmo, y no vaciló mientras hacía el trabajo rápido de desabrochar los pantalones de Beomgyu. Luego se puso en cuclillas, tirando de los jeans del chico con él, y después sacudió el trasero para las damas directamente detrás de él.

Se escuchó otra porra y el dinero empezó a aterrizar en el escenario. Choi terminó de quitarse los pantalones y los pateó para tener espacio para moverse, pero sin perderlos. Luego ayudó a Yeonjun a quitarse sus jeans, mucho menos elegante que como lo había hecho Choi para él, pero consiguiendo el objetivo.

El castaño dio un vistazo a la multitud y atrapó a Minhyuk al lado del escenario observándolos, y por pura mezquindad, agarró a Yeonjun por la nunca para darle un beso mojado, metió la lengua en su boca, lo agarro por el trasero y presionó sus cuerpos juntos mientras se movían al ritmo de la música. Silbidos y gritos sugestivos se escucharon en el público.

—No estoy seguro de que debamos hacer un show de porno en vivo — bromeó el pelinegro, dándole un beso rápido más antes de alejarse.

Sólo en bóxers, bailaron hacia el borde del escenario y se encontraron con toneladas de manos, tratando de meterles dinero en la ropa interior y robando un rápido agarre de sus traseros y bultos cuando podían. Para cuando la canción terminó y debían dejarle el escenario a los siguientes chicos que querían una oportunidad, habían recuperado por lo menos tres veces lo que Beomgyu había perdido en el casino.

—Okay, eso fue divertido —admitió el castaño, poniéndose los pantalones.

—Claro que sí —concordó Rebel.

Las camisas de ambos ya no estaban, por lo que no les quedaba más remedio que continuar la noche desnudos de la cintura para arriba. Salieron del club después de unas copas más.

—Entonces, ah, ¿qué te preguntó Minhyuk? —inquirió Beomgyu cuando volvían al hotel, ambos más que un poco achispados.

—¿Qué? —Yeonjun frunció las cejas, sus ojos entrecerrados.

—Cuando te estaba haciendo el baile erótico, ¿te preguntó algo?

—Oh —El pelinegro asintió—. Sí, lo siento, lo olvidé. Me preguntó si quería que nos encontráramos después de su turno. Dije que no, gracias.

—Oh —Una caliente llamarada golpeó el estómago del castaño otra vez—. ¿Querías hacerlo? Si sólo dijiste que no por mi culpa, puedes llamarlo.

—Me estoy divirtiendo contigo, ¿por qué saldría a enrollarme con alguien más cuando estoy disfrutando lo que estamos haciendo?

—Supongo —concordó.

—Ahora, vamos a ver si nadamos. Estoy todo caliente y sudoroso. Me encantaría saltar a la piscina.

Se dirigieron por el vestíbulo y volvieron a la piscina, que, para sorpresa de Beomgyu, estaba completamente vacía.

Rebel miró hacia un lado y luego hacia el otro antes de quitarse los zapatos y luego bajarse los pantalones y la ropa interior. Le dio una sonrisa coqueta al menor y le lanzó un guiño por encima del hombro antes de hacer una bala de cañón en la piscina. El castaño se apresuró a seguir su ejemplo, añadiendo un giro a su salto sólo para mostrarle un poco.

—Presumido —acusó Yeonjun cuando Beomgyu salió a la superficie del agua.

—No te pongas celoso —se burló y luego le echó agua en la cara.

—Oh, vas a caer.

El azabache se lanzó hacia él, los dos peleando y tratando de mojarse el uno al otro. Hasta que ambos se dieron cuenta de que sus cuerpos desnudos se rozaban y el hecho de que sus miembros estaban muy interesados en la acción.

—Lástima que no tengamos lubricante aquí abajo —lamentó Beomgyu, envolviendo con su mano el eje de Yeonjun y dando unos cuantos tirones lentos bajo el agua. La cabeza del pelinegro cayó hacia atrás, y sus labios se separaron en un gemido silencioso.

—Mmm, supongo que tendremos que encontrar otra forma de entretenernos. O sólo provocarnos hasta que volvamos a la habitación. Un poco de acción límite siempre es divertido —dijo Choi, pellizcándole los pezones y luego mordisqueando a lo largo de su mandíbula.

—Siempre he sido demasiado impaciente para quedarme en el límite, tal vez tengas que enseñarme.

—No voy a decir que no a eso.

Los labios de Yeonjun encontraron los de Beomgyu, y el menor apoyó al pelinegro contra el lado de la piscina. Las piernas de Choi se envolvieron alrededor de su cintura, las manos del castaño viajando hacia el trasero del chico, Yeonjun seguía jugando con sus pezones mientras sus lenguas se enredaban en un baile de provocación.

Beomgyu gimió en la boca de Rebel cuando flexionó sus caderas, frotando su entrepierna contra la suya.

—Eres tan sexy —murmuró el pelinegro contra sus labios.

Una garganta se aclaró detrás de ellos, y rápidamente se separaron.

—¿Qué tenemos aquí? —Un guardia de seguridad de aspecto severo se paró sobre ambos al borde de la piscina—. Ustedes dos se dan cuenta de que la indecencia pública es un crimen, incluso en Las Vegas, ¿no?

—Oh mierda —murmuró Beomgyu, seguro que ese tipo grande con un palo en el culo no iba a ser fácil para ellos.

—Lo sentimos, señor. Nos dejamos llevar un poco —se disculpó Yeonjun con una sonrisa encantadora.

El guardia lo miró fijamente, y de repente su expresión cambió—. Espera, ¿no eres...?

La sonrisa del azabache se iluminó. Maldición, ¿todos en esa ciudad sabían quién era Rebel?

—¿Supongo que es un fan? —preguntó Choi, enderezándose un poco.

—Sí, se podría decir que sí —El guardia se sonrojó. Luego miró alrededor como si se asegurara de que no había nadie más allí—. Escuchen, los dejaré ir con una advertencia, pero no pueden hacer esto de nuevo. Todavía hay reglas aquí, y es mi trabajo asegurarme de que se cumplan.

—Entendemos —le aseguró Yeonjun.

Luego sacó su duro y húmedo cuerpo de la piscina y se paró ante el guardia de seguridad totalmente desnudo con una media erección como si no tuviera una preocupación en el mundo. Los ojos del hombre se ensancharon al asimilar el cuerpo de Rebel. El pobre ni siquiera recibió ninguna advertencia antes de que el pelinegro soltara la bestia sobre él.

—¿Crees que... um... podría conseguir un autógrafo? —tartamudeó.

—Claro, hombre —Choi le dio una palmada en el hombro—. ¿Tienes un bolígrafo? Como puedes ver, no tengo exactamente un lugar para llevar uno en este momento.

—Oh, sí.

Sacó un bolígrafo y un bloc de papel. Rebel escribió algo y lo firmó con una floritura.

—Aquí tienes, y gracias por ser genial. Ahora, si no te importa, iremos a nuestra habitación antes de que tengamos más problemas aquí.

Yeonjun le guiñó un ojo y el hombre tembló un poco. Beomgyu tuvo que ahogar su risa hasta que el guardia por fin se marchó, luego salió de la piscina, y ambos se apresuraron a vestirse.

—Bueno, esta fue una noche para los libros de historia —bromeó el azabache mientras subían en el ascensor hasta la habitación—. Y aún no ha terminado. Te prometí que te enseñaría las formas de limitarse, lo que significa que aún nos queda una larga noche por delante.

연규: STAY BY ME. ❝cyj ~ cbg❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora