Considerando lo temprano que tenían que estar en el camino para llegar a Colorado esa noche, deberían haberse ido a la cama antes. No, deberían haberse ido a dormir más temprano. Se fueron a la cama. Pero no exactamente a dormir.
Resultó que Beomgyu era malo para limitarse, así que Yeonjun tuvo que enseñarle otra vez. Y otra vez. Y luego el castaño tuvo que probarle que había aprendido, así que lo llevó al borde de la locura antes de que finalmente le dejara correrse.
El azabache suspiró al ver sus ojos pequeños y rojos en el espejo. Su cabello negro era un desastre al que no se iba a acercar hasta que pudiera ducharse y lavarlo apropiadamente. Debía esperar hasta que llegaran a Colorado. Por el momento, lo ató en un moño descuidado. Eso tendría que servir.
Beomgyu entró al baño, su aspecto no era mucho mejor.
—Joder —murmuró—. Es muy temprano para levantarse.
Se veía adorable con el cabello erizado en todas las direcciones, y Yeonjun no pudo resistir el impulso de tomarlo de la mano y jalarlo hacia él para un beso matutino. El menor protestó un poco, probablemente porque aún no se habían cepillado los dientes, pero a Choi no le importaba. Como si un poco de aliento matutino fuera a molestarle.
—Buenos días, solecito —El pelinegro se burló de él cuando terminó de besarlo.
Lo acercó para abrazarlo, su erección matutina rozando el estómago de Yeonjun. No sabía si era porque el chico todavía estaba medio dormido o qué, pero le devolvió el abrazo con más entusiasmo que de costumbre, e incluso se acurrucó un poco.
El azabache le acarició el cuello con su nariz—. ¿Quieres que me encargue de eso por ti? —inquirió, metiendo la mano entre ellos para frotar su dura entrepierna.
—Mmm. ¿Lo harías? —preguntó—. No tienes que hacerlo, pero...
Yeonjun se puso sobre sus rodillas, y liberó la erección del castaño de sus apretados bóxers.
—Con gusto.
Le llevó menos de dos minutos antes de que Beomgyu se corriera con un profundo suspiro. Había estropeado su moño, por supuesto, pero había valido la pena.
—Te ves como la mierda —dijo el menor cuando le observó bien.
—Vaya, ese sí que es un tipo de agradecimiento —Choi se levantó, lamiendo los últimos restos de la esencia en sus labios.
—Lo siento —murmuró, y luego le lanzó una de sus sonrisas—. Gracias por la mamada. Te ves como la mierda.
—¿Te has mirado en el espejo? —mencionó indignado—. No te ves mucho mejor, amigo.
Beomgyu se giró para examinarse en el espejo—. Todavía me veo el doble de bien que tú.
Yeonjun le dio una nalgada—. Haz que te revisen los ojos, hombre. Nadie se ve el doble de bien que yo, ni siquiera en mi peor día. Ahora, ponte algo de ropa para que podamos bajar a desayunar, porque necesito un poco de cafeína.
El castaño se detuvo en sus movimientos—. Pensé que podríamos ir a algún lugar a tomar café y desayunar sándwiches poco saludables.
El azabache entró en la habitación, tomó una camiseta y unos jeans limpios de su bolsa de fin de semana—. No, reservé un desayuno completo para los dos con la habitación. Supuse que necesitaríamos el combustible para todo un día de conducción.
Comenzó a vestirse rápido y no se dio cuenta hasta que se puso los calcetines que Beomgyu no había respondido. Levantó la vista y lo vio observándole con una extraña mirada en su rostro. No era ira. ¿Más bien... pánico?
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연규: STAY BY ME. ❝cyj ~ cbg❞
RomansaNo es un secreto que cuando eres una estrella porno, las relaciones son malditamente difíciles. Choi Yeonjun lo sabe, trabaja para Ballsy Boys Studios y es uno de los chicos más populares en el mundo del porno. A él le gusta lo que hace y no se aver...