XLV

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Serim.

Lo sostengo contra mi durante tanto tiempo ni siquiera estoy seguro de si está despierto. Todavía tengo tanto que quiero decirle, pero no me quiero mover. Amo la forma en que se siente cuando estamos envueltos juntos de esta forma. Temo que si me muevo, vendrá a sus sentidos de nuevo y me pedirá que me vaya.

Apenas han pasado seis semanas desde que WooBin y yo terminamos. Cuando Allen preguntó si tomaría a WooBin de regreso, no respondí, pero sólo porque sé que no creería mi respuesta.

Amo a WooBin, pero sinceramente ya no creo que seamos lo mejor el uno para el otro. Sé exactamente dónde nos equivocamos. El principio de nuestra relación fue romántico hasta el punto en que era casi ficticio. Teníamos diecinueve años. Apenas nos conocíamos. La forma en que esperamos durante todo un año sólo construyó sentimientos que no se basaban en nada, excepto falsas esperanzas y el amor idealizado.

Para el momento en que WooBin y yo finalmente pudimos estar juntos creo que estábamos más enamorados con la idea de nosotros, en lugar de con el nosotros real. Por supuesto, lo amaba. Pero hasta que conocí a Allen, no tenía ni idea de lo mucho que mi amor por WooBin se construía a partir de mi deseo de lanzarme en picada y salvarlo.

WooBin tenía razón. No he hecho nada durante los últimos cinco años más que tratar de ser el héroe que lo protege. ¿El problema? Él no necesita protección.

Cuando Allen tocó el tema antes, quería decirle que no, que no tomaría a WooBin de regreso. Cuando dijo que estaba aterrorizado de que deseara que fuera WooBin, quería agarrarlo y demostrarle cómo nunca he deseado, ni una vez, estar en ningún otro sitio cuando estoy con él. Quería decirle que la única queja que tengo es no darme cuenta antes de para cuál de ellos era mejor. Con cual chico tenía más sentido. Con qué chico aprendí a amar de una manera realista y natural, no en un sentido idealizado.

No dije nada porque estoy aterrorizado de que no lo entienda. He elegido a WooBin sobre Allen una y otra vez, y es mi culpa haber puesto la duda en su mente. Y aunque sé que el escenario que está pintando nunca podría ocurrir, porque WooBin y yo aceptamos que todo ha terminado, no estoy tan seguro de que no tomaría a WooBin de vuelta. Sin embargo, esa decisión no sería porque quiero más estar con él. Ni siquiera sería porque lo amo más. Pero ¿Cómo puedo posiblemente convencer a Allen de eso cuando es difícil para mí entenderlo?

No quiero que Allen nunca se sienta como mi segunda opción, cuando sé en mi corazón que es la elección correcta. La única opción.

Mantengo mi brazo alrededor de él, recojo mi teléfono. Levanta la cabeza y apoya la barbilla en mi pecho, mirándome. Le devuelvo su teléfono, y lo toma, entonces se aparta de mí y presiona su oído contra mi corazón otra vez.

Yo: "¿Quieres saber por qué necesitaba que me escuches?"

No responde con un texto. Sólo asiente, quedándose apretado contra mi pecho. Unas de sus manos están trazando lentamente arriba y abajo desde mi cintura hasta mi brazo. La sensación de sus manos contra mi piel es algo que nunca quiero que sea un recuerdo. Bajo mi mano izquierda a la parte posterior de su cabeza y le acarició el pelo.

Yo: "Es algo así como una larga explicación. ¿Tienes un cuaderno en el que pueda escribir?"

Asiente y se desliza de mí. Mete la mano en su mesa de noche y saca un cuaderno y un bolígrafo. Me acomodo contra la cabecera. Me entrega el cuaderno, pero no se mueve más cerca de mí. Agarró su muñeca y separó mis piernas, entonces lo muevo para que se acueste contra mí mientras escribo. Se arrastra hacia mí y envuelve sus brazos alrededor de mi cintura, presionando su oreja a mi corazón otra vez. Pongo mis brazos a su alrededor y apoyo el cuaderno en mi rodilla, descansando la mejilla en su hombro.

Desearía que hubiera una manera más fácil para comunicarnos, así todas las cosas que tengo que decirle podrían ser instantáneas. Me gustaría poder mirarlo a los ojos y decirle exactamente lo que siento y lo que está en mi mente, pero no puedo, y odio eso para nosotros. En cambio, pongo mi corazón en el papel. Permanece todavía en mi pecho mientras me tomo casi quince minutos para organizar mis pensamientos y exponerlos todos frente él. Cuando he terminado, le entregó el cuaderno. Se reajusta a sí mismo hasta que su espalda está presionada contra mi pecho. Mantengo mis brazos alrededor y lo abrazo mientras lee la carta.

Fine ||Sellen||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora