Capítulo 25

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*Narra Iris*

Entré, dejé la maleta a un lado, pase al salón para después dejarme caer en el sofá y llorar, por fin podía liberar todo lo que tenía dentro, lloré como nunca, agarre los cojines y empecé a golpearlos, espachurrarlos y lanzarlos por todas partes, sacar toda la rabia que había acumulado me estaba viniendo bien, cuando me cansé volví a dejar caer mi cuerpo al sofá y caí rendida en los brazos de Morfeo.

- ¡IRIS! ¡SE QUE ESTAS AHÍ DENTRO! -Me revolví en el sofá y me levanté con desgana, me sorprendió el hecho de escuchar unas voces fuera, la primera persona que se me vino a la cabeza fue Noah. Abrí la puerta.

- Jashon... -entró sin permiso. *¿Qué hacía el aquí?*

- Por favor, vete -rogué pero cerro fuertemente la puerta detrás de él.

- ¿¡Qué me vaya!? -gritó.

- Por favor... -suplique- Ya la liaste anoche, no hagas algo de lo que te arrepientas más tarde.

- ¡Estoy bastante arrepentido ya!

- Si lo estás, vete, no es un buen momento.

- ¡No me quiero ir! ¡Quiero abrazarte, consolarte y decirte que todo ira bien! ¡Que después de la tormenta siempre sale el sol! Y que aun que no sean tus padres son tu verdadera familia.

- ¿Cómo..¿¡Cómo sabes eso?! -grite sorprendida y a la vez enfadada.

- El balcón de tu cuarto -susurro para sí mismo pero le escuche perfectamente.

- ¿¡Me has estado espiando?! ¿Estas demente?

- ¡No quería espiarte! ¡Quería hablar contigo y la única forma de hacerlo era colándome en tu cuarto! -me negaras que en otra ocasión te hubieses reído.

- ¡Pero yo no quiero hablar contigo! No tienes por qué invadir una propiedad privada -grite- no me esperaba esto de ti -susurre- ¿Dónde está el Jashon que una vez se presentó en mi oficina tan galante y seductor que hacía que cualquier mujer se derritiera a su paso? -pregunte débilmente.

- ¡AQUÍ TRAGÁNDOSE SU ORGULLO IMPLORANDO EL PERDÓN DE UNA MUJER!-gritó desesperado y le abrace.

- No puedo perdonarte, tu y Amanda... -no pude terminar por qué un nudo en la garganta me lo impedía.

- ¿Enserio? -preguntó dolido.Asentí y me estrecho fuertemente pero con delicadeza como si en algún momento me fuese a evaporar cual nube. Cerré los ojos y me deje llevar por el momento, el dulce olor que desprendía la camiseta de Jashon me relajo.

- Amanda será buena para ti -susurre.

- Cuando llegue a su casa se estaba tirando a otro -dijo rápidamente y aquello me pilló de sorpresa.

- Oh, lo siento.

- ¿Ves que este mal por ello? -me separó y le observó por primera vez, tenía una barba de tres días y unas ojeras adornaban sus ojos, vamos estaba hecho una mierda.

- Se te ve fatal.

- No se quien habrá sido la causante -me miro divertido y por fin apareció ese apreciado brillo en sus ojos. Sonreí de lado.

- Señor Blake, es usted incorregible -negué con la cabeza dándome la vuelta y regresando al salón para sentarme en el puf al lado de la chimenea.

- ¿Pero sabes lo bueno? Que soy yo el que corrige su conducta -me guiñó un ojo y comenzó a pasearse.

- Siéntese, su continuo movimiento me está poniendo nerviosa, más bien su presencia me pone nerviosa, no debería estar aquí, Señor Blake.

- Esa afirmación me alegra -se puso de cuclillas ante mi. Suspire.

Solo es Deseo.(editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora