04 Monday = moon day

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               — ¿Lo has entendido? — preguntó de brazos cruzados por quinta vez la castaña.

— ¿Podrías repetirlo una vez más, por favor? — le preguntó muy apenada la morena.

— ¡Me vuelves loca! — se lanzó a su cama frustrada.

Ya era lunes y las chicas repasaban encantamientos en su habitación. Habían aceptado tomarse el día libre debido al incidente con Fudo y los licántropos.

— ¡Es un encantamiento difícil, Aki! — le reclamó Fuyuka, quién sentía compasión de su amiga.

Aki respiró profundo. Luego de cinco minutos se levantó de su cama y sacó a Rika de la suya.

— Con tu dedo índice de la mano derecha, apunta al libro que está en el regazo de Yuka. — le indicó, cosa que la morena hizo — Ahora, inhala profundo, cierra los ojos y usa la palabra que te enseñé.

— Uhm, ¿y si cambiamos a Yuka por Rushe? — preguntó Haruna, preocupada que algo saliera mal y que su ángel resultara herida.

Aki le miró de manera desafiante a lo que la peli-azul se quedó callada, resignada a que cualquier cosa pasara.

Levitate — dijo Rika en un audible murmullo.

El libro entonces empezó a flotar sobre Yuka, quién sonreía ante el éxito de su amiga.

— Ahora, haz un puño con tu mano izquiera y ábrelo despacio. — siguió indicándole

Rika hizo lo que su amiga le indicó, pero no pasó nada.

— Inténtalo de nuevo, Rika. ¡Tú puedes! — le animó Rushe, detrás de ella.

El libro volvió al regazo de la pequeña Yuka y Rika comenzó de nuevo.

Levitate — dijo, haciendo flotar el libro.

Hizo un puño con su mano izquierda y lo abrió a velocidad normal, acción que hizo abrir el libro y de él salieron ramas de árboles que invadieron la habitación.

Rika podía controlar la naturaleza a su antojo, siendo una bruja cuyo elemento dominante era la tierra.

Finitedijo en un audible murmullo.

Las ramas volvieron al libro, una por una y a ritmo lento. Luego de esto, el libro se cerró y volvió a las piernas de Yuka siendo dirigido por el dedo índice de Rika.

— ¡Excelente, Rika! — se le lanzó Rushe a abrazarla — ¡Sabía que lo lograrías!

Todas las chicas le felicitaron y aplaudieron.

— Ahora sabes controlar esas cosas que tienen tu elemento como fuente de creación. — le sonrió Aki.

— Ahora vamos contigo, Fuyuka. Trae un vaso con agua. — le indicó.

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