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— Es un idiota — dijo Fuyuka, sentada en su pupitre. Las chicas ya llevaban un mes asistiendo a clases. Todo iba con normalidad mientras ellas trataban de acoplarse lo mejor que pudiesen.
Fudo ignoraba a Fuyuka en cada una de las clases que compartían y eso ponía a la chica de mal humor.
No es que ella quisiera que el chico le hablara ni formar una amistad con él pero al menos esperaba que el chico se disculpara por cierta acción que él había llevado a cabo el día de su llegada.
— Es un engreído
— ¿Fuyuka? — se sentó detrás de ella un chico de peinado extravagante — ¿Te encuentras bien?
— ¡Oh! Tobitaka — dijo, apenada — Sí, perdona.
— Si las miradas matasen, Fudo estaría cinco metros bajo tierra — bromeó el chico, abriendo su libro de historia.
— Es un engreído — comenzó ella de nuevo — Un idiota que solo piensa en sí mismo — y siguió ennumerando cualquier obscenidad que se le ocurriera.
Tobitaka solo escuchó a la chica desahogar su frustración. Posó su vista en el castaño quien parecía estar dormido en su pupitre.
— No siempre ha sido así — dijo en susurro.
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Un moreno corría en la cancha junto con el grupo en su clase. Había una fila de chicos y otra de chicas corriendo alrededor del campo.
Aki se detuvo unos segundos a descansar, aprovechando que su profesor de Educación Física se distrajo con otro alumno que se había desmayado.
El instituto se hayaba en la montañas, siendo éste un lugar frío. Licántropos y vampiros podían sobrevivir ante las bajas temperaturas, pero humanos y otros seres no eran muy buenos soportando el clima. Especialmente Aki y sus amigas, quienes estaban acostumbradas al sol y el calor que éste emitía cuando eran estudiantes de La Orden.
— ¿Necesitas ayuda? — le preguntó un castaño, claramente preocupado. Recordaba muy bien lo mucho que sufrió él cuando recién se mudó a vivir con los Goenji. El frío era insoportable durante las épocas de lluvia en ese pequeño pueblo.
— Estoy bien — sonrió— Solo hace mucho frío.
Endo se quitó su sudadera para dársela a la chica. De nada le servía a él usarla porque no sentía frío.
— Úsala mientras estés fuera — le dijo, poniendo la sudadera en los hombros de la castaña — Y no acepto un "no" por respuesta.
— Gracias, Endo.
La heredera Raimon observaba por la ventana la escena entre la joven bruja y su amor imposible. Le molestaba que estuviera con ella. No porque no confiara en él; sabía que Endou era amigable y muy amable con todas las personas a su alrededor. Sin embargo; no podía evitar sentir celos al no tener ella la atención del castaño.
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Coexistence
Fanfic[UA] Vampiros, brujas, ángeles y hombres lobo peleando ante un enemigo en común que busca la extinción de todas las demás razas. Inazuma Eleven meets Vampire Diaries, o algo así.