Coexistence

09 Hybrid; two isn't always better than one

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Aki

                No podía detener mis pies, se movían por sí solos de un lado a otro. Estaba tan hundida en mis pensamientos que no noté cuando él se sentó en una banca detrás mío, con las macetas que necesitábamos para la tarea en pareja reposando en su regazo.

— ¿Tan nerviosa te pongo?

Pegué un brinco del susto que me dio. El invernadero no era mi lugar favorito a altas horas de la noche, cuando la luna apenas alumbraba debido a las nubes decorando el oscuro cielo. Las paredes y techo transparente me hacían sentir observada, y me ponía los pelos de punta.

La oscuridad nunca fue mi fuerte. Me sentía más cómoda en la luz, mi fuente de energía.

— ¡Ichinose! No me asustes así — le reprendí.

— Perdona, no fue mi intención. — se disculpó — Pero tú has insistido en reunirnos aquí tan tarde.

— Es que a esta hora podemos recoger las semillas para nuestra tarea. — le dije, sonrojándome — Además, Fuyuka necesitaba salir por un rato y me pidió acompañarla.

Él solo sonrió ampliamente.

— De acuerdo. — me dijo, pasándome unas herramientas — A recolectar semillas se ha dicho.

— Manos a la obra.

Decidimos recolectar tres semillas para luego sembrarlas en las tres pequeñas macetas. Nuestra tarea consistía en eso, lograr germinar al menos una de las semillas.

— Esperemos que no se mueran todas.— dijo, haciéndome reír — De igual forma tenemos tu magia para revivirlas.

Sin querer, mi sonrisa desapareció.

Ojalá fuese así de sencillo y que la magia trajera a todos aquellos de vuelta a la vida, pero no era así. Al menos no con mi magia blanca.

— ¿Puedes traer a los muertos de vuelta? — me preguntó con voz baja — ¿Es posible para ustedes hacerlo?

Negué con mi cabeza. Parte mía pensaba que Ichinose hablaba conmigo y era tan amable y dulce porque esperaba algo de mi magia, como lo era traer a su amigo de vuelta a la vida.

— Eso solo funciona con la magia oscura. — le dije — Se necesita un ritual y sacrificios, un alma a cambio de la otra.

Había escuchado de dichos sacrificios en mis clases de Ritos y Artes Oscuras. Pero era más temible el presenciarlos.

— Ya veo. — bajó su cabeza — Es una lástima. Domon y tú se hubieran llevado muy bien.

Pusimos nuestras semillas junto con las otras de la clase y nos sentamos en una de las bancas.

— Es triste saber que una vida tiene que terminar para reemplazar a la otra.

Asentí, la magia negra era la peor y más cruel habilidad que poseían las brujas. La avaricia de querer cambiar las cosas e ir en contra de la naturaleza era lo que las dominaba, conviritiéndolas en brujas negras.