☪ Capítulo 19 ☪

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Al fin de cuentas, Jihyo terminó encontrando a Tzuyu después de todo

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Al fin de cuentas, Jihyo terminó encontrando a Tzuyu después de todo. Esta se hallaba sentada sola, en uno de los bancos del patio de la escuela. La rubia se quedó observándola a una distancia prudente antes de acercarse, y sin ser notada aún por la contraria.

Su sedoso cabello negro resaltaba por el reflejo brillante de los rayos del sol que lo iluminaban, y bailaba al compás de las corrientes de aire que hacían más frescas aquellas tardes cada vez menos calurosas. La chica se mantenía sentada en una postura recta, con su vista enfocada en sus pies, los cuales mecía ligeramente, rozando la superficie del suelo.

Jihyo pensó en lo hermosa y apacible que se veía, antes de por fin acercarse a ella, sentándose a su lado deliberadamente. La pelinegra se sorprendió un poco por su repentina aparición.

—Al fin te encuentro, Tzuyu. – la rubia soltó un suspiro denotando algo de cansancio — ¿Qué haces aquí?

— ¿Jihyo? Lo mismo te pregunto yo a ti. – cuestionó la pelinegra, quien sin poder evitarlo se tensó un poco y se puso a la defensiva instintivamente.

—Tengo algo que decirte.

La rubia iba a continuar y contarle a la omega acerca de la llamada que había recibido de su amiga, así como el plan que esta había ideado para perjudicar al Presidente de la preparatoria Shinwa. Pero retuvo en su garganta las palabras que estuvieron a punto de salir.

Se quedó estática y pensó mejor la situación. Si le contaba a la omega, probablemente esta estaría en contra de tal idea, y la persuadiría en abandonarlo. Por mucho que aquel idiota hubiera sido más que rudo con la propia Tzuyu, esta no estaría de acuerdo jamás en hacerle daño a él, o en general a nadie.

Así era su moral.

Pero Jihyo ya había pactado con su amiga, y a estas alturas no podía retractarse de su decisión.

— ¿Y entonces? ¿Qué es? – la omega la incitó a hablar al ver que la alfa se había quedado absorta en sus propios pensamientos.

—Me gustas. – soltó la rubia inesperadamente, dejando totalmente de lado lo que iba a decir originalmente.

— ¿Q-qué? ¿A qué viene eso, tan de repente? – los cachetes de la pelinegra se colorearon de un adorable tono rosáceo sin poder evitarlo – Además ¿viniste aquí sólo para decirme eso?

— ¿Acaso tiene que haber un momento específico para decirte cómo me siento? – la rubia se acercó más a la contraria, sus cuerpos quedando pegados y sus narices rozándose ligeramente, lo que causaba un leve cosquilleo en ambas.

— ¿Qué haces, pervertida? Aléjate, alguien podría vernos. Pueden sospechar, ya te lo he dicho antes. – la omega quiso separarse de la otra e incluso levantarse del banco, pero un fuerte y rápido agarre en su cintura la mantuvo en el mismo lugar, inmóvil.

¡La Presidenta Del Consejo Estudiantil Es Omega!|•Jitzu;지추• ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora