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Otro papel arrugado en el cesto. Hyunsuk empezaba a frustrarse, llevaba una media hora intentando componer una canción, claro que en ese horario debería estar escuchando una clase de lectoescritura musical aunque curiosamente se encontraba en un salón vacío del segundo piso.

Sus actividades extra le daban ciertos beneficios, entre ellos poder saltar una que otra clase, incluso ocupar un salón que solía ser de escultura, el cual estaba muy deteriorado y descuidado, por eso nadie lo usaba.

Aún era temprano, la luz se filtraba por completo ya que las persianas estaban hasta el tope de su límite. Hyunsuk suspiraba mientras tomaba nuevamente el lápiz.

Quería componer una canción de amor, pero sus experiencias últimamente eran nulas. Le interesaba la idea de un amor distinto, pero en su vida solo había probado lo tradicional.

Con un guiño o una sonrisa Hyunsuk podía tener a cualquiera a sus pies, nunca se había arriesgado realmente, nadie lo rechazó jamás. Entonces su idea de escribir sobre un amor diferente era muy difícil.

Corría por los pasillos con miedo de llegar tarde a su segunda clase, ni siquiera se había aprendido completamente su horario, era un caos. Sus pies llegaron hasta su salón, no se molestó en tocar la puerta ya que estaba demasiado concentrado en pensar una excusa perfecta por su tardanza.

—Discul...

Abrió la puerta de golpe esperando ver a su profesor con una expresión de enojo, pero al contrario, el salón estaba completamente vacío. Oh, excepto por el muchacho que estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada contra la pared, mirándolo con intriga al más alto.

—¿Te perdiste, niño?—preguntó volviendo su mirada hacia sus hojas.

—Esto no luce como mi clase de escultura—dijo examinando las paredes sin pintura del salón.—En absoluto.

Hyunsuk suspiró soltando el lápiz y mirando al chico.—Escultura está al final del pasillo a la izquierda, tercer salón, puerta gris—dijo el pelinegro, pero Jihoon seguía mirándolo con duda.—¿Sabes como ir o necesitas un mapa?

—¿No deberías estar en clase?

Hyunsuk río.—Eres nuevo y aún no lo entiendes, mejor ve a tu clase

Jihoon no era una persona introvertida ni menos cobarde, realmente le molestaba que alguien tuviera privilegios por sobre los demás. Dio un paso y otro hasta quedar cerca del mayor, llamando nuevamente su atención.

—No por mucho tiempo, ¿realmente son necesarios tantos privilegios?

Hyunsuk se sorprendió por su respuesta.—Estoy seguro de que llevas solo unas semanas aquí, chico de bellas artes, te sugiero que empieces a comprender cómo funciona este mundo,—el mayor agarró su lápiz nuevamente con una sonrisa en el rostro—tarde o temprano te adaptarás.

El pelinegro le sonrió socarronamente, pero no tuvo ningún efecto en el menor. Raro, pensó.

Jihoon dio media vuelta para irse.—¡Cierra la puerta detrás de tí!—dijo el mayor, obviamente siendo ignorado. Curiosamente, una vez que el chico se fue, Hyunsuk finalmente tuvo inspiración para componer la canción.

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