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—¿Irás a la fiesta de iniciación?

Jihoon finalmente estaba en su clase de escultura luego de su pequeño encuentro con el miembro de la élite. Choi Hyunsuk, había algo en él que provocaba una sensación extraña en el cuerpo de Jihoon.

—¿Fiesta de qué?—preguntó el rubio, sin prestarle atención a la clase.—Es martes

Mashiho suspiró.—Fiesta de iniciación. Todos los años, hay una fiesta en el campus en el primer mes del semestre,—Jihoon pensaba que era una mala idea—es el viernes por la noche, vendrán unos amigos de otras universidades, ¿vienes?

Jihoon estaba a punto de negar, decir que estaba ocupado y mentir, pero a la vez quería socializar y conocer nueva gente, después de todo venía de Busan por algo.—Emm, ¿quiénes irán?

—Pues toda la universidad, o la mayoría,—el japonés intentaba convencerlo—estará Hyunsuk, por si preguntas—Jihoon se sobresaltó y Mashiho sonrió.—apuesto a que te gusta, te he visto observando en los pasillos, deberías disimular más, Park.

Jihoon le dio un codazo.—Por favor, Mashiho, es un cretino,—deja de mentir, decía una parte de él—no entiendo por qué lo aman tanto.

Jihoon pensaba en su encuentro por la mañana, realmente no comprender que le veía interesante el resto de la universidad, Choi Hyunsuk solo sabía alardear sobre sus propios beneficios, y quizás, el menor podría tornar esto en un juego. Oh, claro que sí.

—Iré a la fiesta,—dijo finalmente—¿podemos ir juntos, Mashi?



Por la tarde, Hyunsuk se dirigía a la misma tienda de cada día. Sacó la llave de su mochila y la abrió; estaba sucia, el día anterior nadie hizo limpieza y probablemente él se tendría que encargar, frustrante. El negocio estaba muy lejos de su casa o la universidad, estaba cansado de caminar tantas cuadras, fue por un vaso de agua para luego empezar a limpiar.

Media hora más tarde el lugar ya estaba listo, el cartel de la puerta se dio vuelta, "abierto". Hyunsuk se posicionó detrás del mostrador mientras arreglaba una guitarra que estaba desafinada, e inconscientemente empezó a tararear la canción que había compuesto por la mañana, en raras circunstancias, pero amaba el resultado. La melodía era tranquila pero con cuerpo propio al mismo tiempo, le recordaba al chico de bellas artes que se cruzó ese mismo día. 

Hyunsuk pensaba que, por las tranquilo y sereno que intente lucir, ese chico tenía un carácter fuerte; pues nadie nunca se animó a afrontarlo y cuestionarle su accionar.

Su teléfono sonó, era Junkyu.—Suk, iremos a un bar en la noche, ¿vienes?

Hyunsuk suspiró, deseando que su realidad fuera otra.—Es martes, Junkyu, quizás la próxima.

—¿Tu madre no te deja otra vez?—se escuchó desde el fondo, probablemente era Jaehyuk.

—Si, lo siento chicos, nos vemos mañana.

Y colgó, sabía que el problema no era su madre, sino la maldita tienda abierta hasta las tres de la mañana.

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