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—Ya te di de comer, por el amor de cristo, ¿todavía quieres más?—Eran las seis de la mañana, y el gato gris no dejaba de pasar entre las piernas del rubio. Jihoon estaba solo, su madre había ido a trabajar temprano y no volvería hasta las doce de la noche, como todos los días. Vivía así desde chico, el alquiler era muy caro y su madre tenía que hacerse cargo de todo.

El gato siguió maullando exigiendo comida—Miau todo lo que quieras pero no te daré más, luego no podrás pasar por la puerta Patrick—el rubio terminó su café y tomó su mochila saliendo rápidamente de su departamento antes de que pierda el autobús.


La mañana había transcurrido más lenta de lo normal. Ahora Jihoon se encontraba hablando con Mashiho en el comedor de la universidad, faltaban dos horas más para que el rubio se reuniera con el mismísimo Hyunsuk. No estaba nervioso, ya había estado a solas con el pelinegro un par de veces, la única diferencia era que ahora tendrán que concordar ideas y eso sería difícil, ambos tenían un carácter especial y tratar de estar de acuerdo sonaba imposible.

—... y entonces Yoshi solo tomó la bicicleta prometiendo devolvérsela al dueño, pero nunca lo hizo, seguramente aún sigue en su casa—Mashiho llevaba hablando al menos diez minutos sobre su anécdota con Yoshinori a los ocho años,—mira hacia la izquierda, Hoon— el grupo de chicos prestigio había llegado a la cafetería y todas las miradas estaban sobre ellos.

Junkyu encabezaba el grupo, a pesar de no ser el mayor, caminaba sonriéndole a los alumnos mientras conversaba con Haruto. Mashiho casi pierde la respiración cuando el coreano pasó por su lado sin mirarlo, Jihoon aún no entendía la fantasía del japonés con ese chico, era lindo, pero honestamente inalcanzable para el pequeño con rizos castaños. Como siempre, se dirigen a su mesa situada al final del pasillo, reservada solo para ellos.

Atrás de todos, se encontraba Hyunsuk. Siempre iba último, y escuchaba alguna canción con sus audífonos, sin mirar o saludar a nadie. Era una característica o costumbre del mayor de la élite, en los pasillos se rumoreaba que era ya que odiaba ser el centro de atención, y evitaba hacer escenas como estas. Jihoon lo miraba, apenas y muy disimuladamente, pero no se esperaba que Choi alzara la vista al pasar por su lado, deteniéndose por un segundo en los ojos del menor, una mirada rápida pero que logró captar la atención de cualquiera que los haya visto.

Jihoon lo estaba desacostumbrando a sí mismo.

Hyunsuk se dio cuenta de lo que acababa de hacer y volteó el rostro rápidamente, demasiado tarde para los alumnos chismosos que ya se habían dado cuenta de su actuar. Y si seguía así, solo sería falta de tiempo para que algunos rumores empiezan a caminar por los pasillos.


...

—Eso es todo por la clase de hoy, para mañana deben terminar su ensayo sobre el impresionismo del siglo diecinueve.

La última clase había terminado, lo que significaba que Hyunsuk lo estaba esperando fuera del salón. Jihoon guardó sus cuadernos con desgano caminando hasta la puerta, y efectivamente allí estaba, con sus cabellos negros y prendas casi del mismo color.

—Park—dijo una vez que tenía el rubio enfrente.

—¿Toda la ropa de color estaba para lavar?—preguntó descaradamente, y Hyunsuk comenzaba a acostumbrarse a su testarudez.

—¿A dónde quieres ir niño?—el mayor ignoró el comentario, utilizando un tono distinto para su pregunta.—La cafetería está abierta, también hay un parque a cinco minutos de aquí, la biblioteca cierra en unas horas y-

—Vamos al salón de pintura, no hay nadie a esta hora.

Y sin más, caminaron hasta el salón pasando desapercibidos ya que a esa hora la mayoría de los estudiantes ya estaban en sus hogares. Jihoon abrió la puerta pasando primero y dejando al mayor atrás, quien caminaba por el salón mirando cada rincón de él. Habían limpiado desde la última vez que estuvo allí, los cuadros ya no estaban en el piso y los acrílicos estaban ordenados en estantes, solo había un par de atriles y sillas.

—Está muy limpio—dijo Hyunsuk mirando algunos lienzos guardados.

—Pensé que pasabas por aquí todo el tiempo—dijo el menor sonriendo, mientras buscaba una silla para él y el pelinegro.

—Bueno, quizás altere la realidad.—dijo intentando justificar su pequeña mentira.

—El martes tuve algo de tiempo luego de pintar y comencé a ordenar este lugar—Jihoon tomó asiento y arrimó una silla para que el pelinegro copie su acción—Bien, para lo que estamos aquí, ¿como haremos el proyecto?

Hyunsuk tomó asiento junto al rubio. —Solo tenemos que realizar dos piezas de arte, una será una canción y la otra una pintura. Podríamos contar una historia con la canción, y representarla en el cuadro.

Hyunsuk buscó algo en su mochila, y sacó un álbum de Thousand Foot Krutch, junto con algunos papeles que cayeron al piso.—La pintura será como la portada de un álbum, deben quedar lo más parecidos posible.

Jihoon se acercó, tomando el álbum de las manos del mayor.—The end is where we begin—dijo analizando la portada—solo intentemos que no sea tan gótico

El mayor río, por primera vez en la tarde.—Es mi álbum favorito, lo compré hace unos años con lo que ahorré por once meses. Tiene mi canción favorita, Be somebody es una obra de arte—el mayor hizo una pausa, dándose cuenta que estaba hablando mucho sobre sí mismo y probablemente el menor ya se había aburrido—lo siento, me entusiasma hablar de esto y me fui por las ramas. Pero sin dudas debes escuchar este álbum Park.

Jihoon sonrió, le gustaba escuchar a la gente hablar sobre lo que ama, pero con el mayor es distinto ya que el entusiasmo que tenía lo hacía querer escucharlo por más tiempo, quizás era por su forma de expresarse distinta a los demás, algo que el rubio no lo podia descifrar.

—Lo pensaré, ¿tienes alguna idea para el proyecto?—preguntó, trayéndolo de nuevo a la realidad.

—Necesito inspiración—dijo casi susurrando—¿estás ocupado el sábado?

—Eh.. no, ¿por-

—Bien, ahora lo estás, a las cinco en el parque cerca del centro.—dijo tomando sus cosas para irse. Jihoon aun seguía aturdido por el atrevimiento del mayor, no se esperaba rapidez y menos viniendo de él. Lo vio dirigiéndose a la puerta y llevando puesto un atril en el camino cuando se volteo bruscamente en su dirección.

—Jihoon.

El menor se levantó.—¿Si?

Hyunsuk se aproximó hasta él, a una distancia poco prudente que casi provoca un paro cardiaco en el menor.—Toma,—dijo extendiendo el álbum—hasta luego.

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