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2046/ 8 / 22

El tiempo pasaba, en tantos meses de espera por una respuesta. Soportando exámenes todos los días y drogas que le suministraban en el cuerpo. Los efectos secundarios de estos ya eran muy notorios que debía recibir todos los días un vaso con agua para pasar varias pastillas que evitaran dichos efectos.

Su rostro era neutral al momento de tomar sus pastillas, respondía por obligación ante las palabras de aquellos que experimentaban con él. Igual a nadie le importaba, ni sabrían el motivo de su actitud ahí solo querían entender sus capacidades intelectuales.

"Feliz cumpleaños... Emma" Aunque Norman lo intentara sonreír al recordarla solo duraría pocos segundos, pero aquella frase rondaba por su cabeza seguidamente en todo ese día. Como si a la destinataria le fueran a llegar tales palabras.

Solo saldría de su transe cuando en la noche, los ruidos provenientes de los zapatos de tacón de una mujer se acercaban y claro que reconocía a quien pertenecen. Las visitas de Isabella a su hijo eran menos concurrentes, pero eso era normal por su nueva posición que no tenía nada que ver con Norman.

‒ Felicidades Norman -esa frase comenzaba a cansarlo, casi siempre la mencionaba por sobrevivir más tiempo, pero esta vez esperaba algo más- Llegó el día, tu solicitud fue aprobada por los superiores. Nos iremos una vez te entreguen la cura, luego hablaremos del nuevo horario.

‒ ¿Cuándo será eso?

‒ Una vez que te cambies de ropa y date prisa que la noche no es eterna -la sonrisa de la mujer lucia más auténtica que nunca- Se siente bien demostrar mi poder.

Norman solo obedeció, vio salir a la abuela y a casi nada ingreso Smee que no comprendía el motivo del porque su joven aliado se alistaba para irse. Era normal que Isabella fuera vigilada ya que ese no era su área, sin embargo, Smee relataba que aquella mujer no le daba buena espina debido a que la vio salir sonriendo de una forma escalofriante.

‒ Norman... ¿Puedes explicar que está sucediendo? -el mencionado solamente se acomodaba el cabello en lo que el doctor sacaba el cubo rubik donde pasaba notas a sus aliados- ¿Qué harás con el cubo que ni siquiera armaste?

‒ No estaba de humor doctor Smee, ya no necesito enviar ninguna indicación... porque no seguiré en estas instalaciones mañana. Te voy a dejar a cargo de todo ¿Esta bien?

‒ Pero tú.

‒ Descuida, no diré nada. Que no quiera arriesgarme a perder no significa que no dejare a otros intentarlo... cualquier destino es mejor que seguir en este infierno, pero mi propósito es seguir vivo. Por eso iré por el camino seguro. Adiós Doctor, le deseo suerte.

Se supone que Smee es el adulto y Norman el niño, que ambos eran aliados con el mismo propósito. Y eso era, lo fueron, pero desde la primera visita de Isabella algo pareció cambiar. Por como él lo despidió era evidente, una sonrisa genuina, Norman realmente estaba feliz de abandonar ese lugar a pesar que irse del lado de Isabella seguiría siendo un títere del sistema.

‒ Lo conseguiré Emma, abandonare este asco de sitio -se murmuro Norman saliendo por la puerta de su encarcelamiento sin que nadie estuviera cerca para impedírselo- Y poder vivir. Estarías feliz por mi ¿cierto?

. . . 

En realidad, lo que le hace incapaz de ser un ruin egoísta es. Pasar por el pasillo donde hay una vitrina que lo separa de los pobres infantes nacidos en Lambda, todos deformados y grandes anormalidades en sus cuerpos.

Solo por eso no iba a delatar los planes de Smee, si hay una oportunidad de escapar les permitirá intentarlo. Por su parte Norman ya no confiara en ningún plan sino esta 100% seguro de que funcionara, así que tomara el camino seguro.

Un Papá en Grace Field HouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora