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A quienes me leen, sin ustedes nada de esto sería posible. Gracias por compartir estos gustos tan inusuales conmigo y por permitirme se parte de su vida por medio de mis historias. Aunque no lo crean, me siento sumamente conectada con cada una de ustedes, me hacen muy felíz. Y me haría mucho más feliz ver algún comentario suyo, porque me motivan y me alegran la vida.
Valen demasiado corazones, les quiero. Disfruten el capítulo de hoy. ♥

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Pietro sintió como si todo a su alrededor se detuviera. No tenía aliento y su pulso estaba cada vez más acelerado. Tenía miedo.

Su cuerpo se movió de forma involuntaria y corrió hacia la camilla que estaba siendo arrastrada por los pasillos de la base.

—¡Yelena! —gritó intentando acercarse, mirando como tomaban el pulso de la rubia mientras se la llevaban a prisas.

—No puede pasar —un enfermero lo detuvo.

—¡No, no lo entiende, déjenme verla! —pidió un tanto desesperado intentando evadir al chico.

Clint se acercó hasta el platinado y lo tomó de los hombros para que se calmara y entendiera.

—Pietro, basta —lo retó con voz severa.

El sokoviano tan sólo pudo ver como la camilla desaparecía detras de unas puertas de cristal.

Pietro sintió una lágrima caer y la limpió de forma rápida dándole una mirada breve al arquero, que aún lo sostenía. De verdad que ver a Yelena en ese estado le había afectado como nunca. Y cómo no, si la amaba demasiado.

—Señorita Maximoff tenemos que hacerle análisis para asegurarnos que se encuentra bien y ese líquido que le inyectaron no le afectó —una de las enfermeras se acercó a la mejorada con una silla de ruedas.

Bucky quien la cargaba en brazos la dejó con sumo cuidado en esta puesto que ella había gastado sus energías usando sus poderes, por lo que casi sentía sus ojos cerrarse.

Wanda negó, mirando a Pietro parado frente a las puertas sin moverse. Ella sentía lo afectado que Pietro estaba por Yelena y lo único que quería era correr hasta él y abrazarlo, susurrarle que todo estaría biem y verlo tranquilo. Ella no quería verlo mal.

—No, esperen —Wanda apretó el brazo de la silla al sentir como comenzaban a arrastrarla al interior.

Y fue tan solo cuando Pietro escuchó la voz de su gemela que reaccionó finalmente. Se giró con expresión totalmente preocupada y sintió otro nudo en su garganta al ver a la enfermera y a James llevarse a Wanda.

—Wan... —los siguió, sacandose los brazos de Clint de encima suyo.

—Tendrá que esperar —ordenó otra enfermera. Él la miró incrédulo.

—Está bien, Piet, todo esta bien—la mejorada no despegó la vista de su hermano hasta que finalmente ya no había posibilidad de verlo.

Steve parpadeó tratando de comprender la situación y se giró en dirección a María.

—María ¿Puedes encargarte de las chicas rescatadas? Se que quisieras ir con Sam... —suspiró.

—No te preocupes, llamaré a Fury y nos encargaremos de todo capitán —Hill miró al gemelo. —Pietro...

—Steve... —Pietro miró al rubio, pidiéndole ayuda en silencio.

—Me llevaré a Pietro a la sala de espera, si no te molesta —intervino Steve. —Por si Wanda llega a necesitar algo.

HOLD ON •𝑀𝑎𝑥𝑖𝑙𝑜𝑣𝑎•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora