•𝟶𝟷𝟶• (𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕)

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Este capítulo tan especial está dedicado a todos ustedes, enserio. Les debo tanto, tanta alegría. Gracias por tanto ❤️
Disfruten el capítulo.
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-La bañera esta lista -Pietro apareció en el campo de visión de la rubia, secándose las manos con una toalla blanca.

Ella, lo miró sentada desde la cama y asintió. Vistiendo tan solo una bata de baño color blanca, se puso de pie y con lentitud anduvo hasta el cuarto de baño.

Pietro la observó y esperó pacientemente, le ofreció su mano y ella la tomó perezosamente con una sonrisa ladeada.

-¿De verdad tengo que ducharme? -se abrazó al torso del platinado, cerrando sus ojos con pereza y aspirando suavemente.

Piet apretó sus brazos alrededor de los hombros de su novia y besó su sien un par de veces.

-¿Ahora no quieres ducharte? -preguntó burlón. -Sabes que tienes que hacerlo, Dragoste¹.

-Lo sé -ella mordió su labio suavemente. -¿Me puedo duchar con la bata puesta? -se separó de él, evitando su mirada.

El sokoviano rio de forma corta y confundido, luego negó y ladeo su cabeza.

-No creo que sea cómodo.

Yelena soltó una risita mirando fijamente el agua en la bañera. Ella sabía que debía sacarse la bata, pero honestamente no quería hacerlo.

-Lo sé -repitió y su risa se convirtió en un pequeño resoplido de incomodidad.

-Voy a... A ir afuera para que puedas ducharte -indicó.

Lo cierto era que Pietro se preocupó al notar la extraña actitud de la rubia. Hacía días que la había notado extraña, como perdida en sus pensamientos, siempre hacía la misma broma en cuanto a entrar a la ducha con ropa o a postergar el momento, pero lo había dejado pasar.
Sin embargo, cuando estuvo apunto de salir del lugar observó el rostro de Yelena; la seriedad que se había instalado ahí le sorprendió, su mirada verde estaba ahora fija en el gran espejo frente a ella y tragó saliva con dificultad.

-¿Lena, estas bien? -dio un par de pasos, preocupado de que algo le estuviera pasando.

Ella lo miró a través del espejo por unos cortos y rápidos segundos. Soltó un sonido gutural en forma de confirmación, que no convenció al peli plateado.

La verdad era totalmente distinta. No estaba bien. Bajó la mirada como si estuviera avergonzada y llevó sus manos temblorosas al nudo de la bata, al deshacerlo, su labio tembló y trató de tomar aíre, luego un sollozo escapó de sus labios de manera involuntaria alarmando al chico, que en cuestión de segundos estuvo a centimentros de ella.

-Lena...

-Es horrible, lo que me hicieron... -susurró y de pronto se quebró completamente.

Las lágrimas que había estado evitando cayeron sin parar. Yelena sabía que estando con él, podía ser sincera y desahogarse, porque Pietro era sin duda su lugar seguro.

Sin comprender a que se refería con exactitud, él quiso preguntar, pero inclusive antes de abrir la boca, ella dejó caer la bata al piso.
Frente a sus ojos azules pudo ver la espalda desnuda de su chica y en ésta, multiples cicatrices causadas por la tortura adornaban su piel.

-Yel...-levantó su mano, pero ella se alejó de él.

Bien sabía que tenía heridas que cicatrizar, pero él casi había olvidado la cantidad de cortes y llagas que le habían causado aquellos monstruos.

HOLD ON •𝑀𝑎𝑥𝑖𝑙𝑜𝑣𝑎•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora