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A todos y cada uno de los que votan y comentan en esta historia. A todos los que permanecen a pesar de lo tardado de las actualizaciones. A todos los que me han acompañado desde el inicio y me siguen apoyando hasta el día de hoy. Sin ustedes, nada de esto sería posible.
Advertencia: posibles referencias a Black Widow.
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El quinjet que traía consigo a Alexei y Melina llegó muy temprano al día siguiente y fueron los líderes del equipo quiénes los recibieron y les dieron la bienvenida en el hangar.

—Bienvenidos —saludó Steve.

Melina le sonrió agradecida y se encargó de pellizcar a Alexei pues lo conocía lo bastante como para adivinar que el hombre estaba a punto de soltar un comentario como: "bienvenidos mis narices", o incluso algo más vulgar. La verdad es que ambos estaban tan preocupados y ansiosos por ver a Yelena, que la cordialidad querían dejarla de lado.

—Gracias, capitán —Melina miró con semblante serio a la pelirroja. —hablaremos contigo más tarde —señaló a manera de reprimenda.

—Ahora queremos ver a Yelena —intervino Alexei al ver a Natasha rodar los ojos con exasperación.

—Por aquí —Steve los guió, evitando asi una larga y seria discusión entre el par de mujeres.

Asi que los rusos de inmediato se pusieron en marcha a seguir al capitán América hasta el sitio en el que yacía la rubia menor.

—Antes de que digan cualquier cosa, deben entender que no les dije nada porque estaba preocupada y molesta... —comenzó a defenderse la pelirroja.

—Natasha, más tarde —cortó Melina.

Claro que la entendía, pero eso no quitaba el hecho de que les ocultó algo importante y obviamente iba a regañarla por eso.

—¿Hace cuánto pasó esto? —quiso saber Alexei llegando a la sala de espera.

Ahí seguían Bucky y Wanda. La chica acurrucada a su lado mientras ambos compartían una manta calientita y acojedora, él la abrazaba por los hombros y ambos parecían estar dormidos.

—Tres días —murmuró Nat sin mirarlos, encaminandose a buscar a Helen.

—Natasha —saludó la doctora acercándose a ella.

—Helen, ellos son Melina y Alexei —presentó una vez que estuvieron frente a ellos.

—Un placer —estrechó sus manos. —Es una pena que nos conozcamos en estas circunstancias.

—Totalmente —Steve estuvo de acuerdo. —ella es la doctora Helen Cho, ha hecho un magnifico trabajo con Yelena y con todo nosotros alguna vez...

La especialista sonrió tímidamente y asintió orgullosa. Pudo ver en los rostros de el par de adultos un atisbo de desgano y desesperación por lo que, apiadandose de ellos, habló nuevamente.

—Imagino que quieren pasar a ver a la señorita Belova.

—Porfavor —pidió Melina, tomándose del brazo izquierdo de Alexei.

Los guió hasta allá, una vez que los prepararon.

Caminaron hasta la habitación y en el camino pudieron distinguir borrosamente la silueta de la camilla, aunque no divisaron más debido a que la ventana de cristal estaba cubierta por un par de persianas blancas.

—Pueden pasar, pero solo pueden permanecer dos personas por el momento, asi que pónganse de acuerdo —dicho esto, la mujer se retiró.

Natasha miró a ambos rusos detrás de ella, preguntando con la mirada si estaban listos o no. Ambos asintieron tomando un largo respiro y entonces la pelirroja giró el pomo de la puerta abriendola por fin.

HOLD ON •𝑀𝑎𝑥𝑖𝑙𝑜𝑣𝑎•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora